Page 333 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
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La trágica noche de Santacruz                            323



            se hizo más profundo, no preguntó a sus tres hermanos cuál era su
            tumba, simplemente se alejó del cementerio sin mirar atrás, sin derramar
            una lágrima. Al siguiente día, visitó la tumba de Euclides Santacruz Pié-
            rola, rezó mucho y dejó un ramo de flores blancas y allí mismo recordó
            lo feliz que fue junto al diputado de Arenal.

            Ella estaba convencida que él fue fiel a la frase de su padre, fue muy
            confiado, le faltó una buena dosis de desconfianza con las personas
            que le rodearon hasta el día de su muerte.  El camposanto estaba ale-
            jado de la ciudad, era para ella un lugar lejano, triste. Por la ruta de
            la Doble Vía a Cotoca vio un intenso tráfico de motorizados que iban
            y venían, todos los ocupantes de esos vehículos ajenos a su dolor mi-
            raban y se alejaban. Por esa ruta llegó una mañana de enero de 1990
            el amor de su vida en busca de su destino, tenía una meta y no pudo
            alcanzarla. Alejandra mira el cielo límpido hasta la más remota leja-
            nía, piensa que es otro cielo, de otras ciudades, de otros pueblos que
            ella nunca conocerá, y que sus habitantes tampoco nunca conocerán
            esta triste historia. Escucha un murmullo de voces que van y vienen,
            voces de adioses de amores y desamores que una vez soñaron juntos
            con el paraíso, en esos murmullos ella intentó reconocer la voz de
            Euclides que la llamaba desde muy lejos, de más allá de la remota
            lejanía, le hablaba con una voz que le recordaba que una vez dos
            manos se unieron para siempre como dos almas, la noche que se be-
            saron en la plazuela Blacutt.

            Pero, irremediablemente, Euclides está muy lejos, muy lejos. Ale-
            jandra intentó hablar, pero se le quebró la voz al recordar al diputado
            de Arenal, sabe que él la recuerda desde su tumba. Esa noche, Ale-
            jandra en su sueño recapituló todos los momentos felices que pasó
            junto al diputado de Arenal, vio en sus sueños desde el momento que
            lo conoció, cómo el amor de su vida comenzó a labrar su destino en
            las campañas para las elecciones de 1993, soñó cómo eran aclamados
            por el pueblo por las calles y avenidas, en sus sueños se vio ella y él
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