Page 334 - LIBRO LA NCHE TRAGICA SANTACRUZ
P. 334

La trágica noche de Santacruz
          324


          tomados de la mano recibiendo el cariño de muchos ciudadanos. Soñó
          a Euclides con la banda presidencial diciendo un encendido discurso
          desde los balcones del Palacio de Gobierno. Recordó tres sucesos que
          quedaron grabados en su mente para toda su vida. Recordó el beso más
          apasionado de su vida que le dio a Euclides en la discoteca Continental,
          después recordó el día que escribió la carta de despedida, el día que se
          marchó a Nueva York, demoró dos días en escribir la carta; hacía me-
          moria y se veía como en un espejo las veces que escribió la carta, que
          nunca podía acabar porque sus lágrimas mojaban el papel, volvía a es-
          cribir y ahora se daba cuenta que fue una despedida que ninguno  buscó.
          Y  luego, la noche triste del 18 de mayo de 1997.

          Presentía aquella vez que era un último adiós, y los hechos lo con-
          firmaron; pero lo que la dejó atónita fue que recordó su última mirada
          cuando Euclides anunció que fijaría la fecha de la boda, era una mi-
          rada de un cadáver, de un hombre aniquilado por la codicia y la mal-
          dad, y aunque ella no lo percibió aquella vez, en este momento tuvo
          esa clara visión. Despertó asustada, aturdida por el sueño que le trajo
          los recuerdos del ayer, recuerdos de un amor del que hoy casi no
          queda nada.

          Pasaron los años y tiempo después del diálogo de Alain Centurión
          con “Tres PPP”, este último se perdió del mapa como se dice por
          aquí o se lo tragó la tierra. Diez años después, hubo una redada cerca
          a Cotoca donde murieron tres personas, una de las víctimas fue Pas-
          cual Pascutini. En realidad eran cuatro los malhechores que habían
          sido contratados por abigeatistas para robar un ganado cerca a Puerto
          Pailas, cinco peones de la hacienda los persiguieron hasta que los al-
          canzaron en el cruce a Cotoca, allí hubo una balacera y tres ladrones
          fueron abatidos a tiros y el cuarto sobrevivió milagrosamente. El so-
          breviviente dijo que uno de los muertos era un tal Pascual Pascutini,
          quien les contaba en las noches que él ejecutó una vez a un pariente
          presionado por una persona que él solo lo conocía como Capablanca.
   329   330   331   332   333   334   335   336   337   338   339