Page 147 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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manera mucho más amable, eso se traduce en que nos veamos también
más capaces de enfrentarnos a las cosas.
En este punto le enseñaríamos a Jorge a cambiar la relación consigo
mismo, a hablarse bien y a cuidarse física y mentalmente. También le
podría ayudar llevar un registro de sus logros diarios, porque ver sus
progresos puede motivarle y hacerle entender que poco a poco puede
llegar a conseguir ir a trabajar en calma.
Aquí te dejo algunas ideas para gestionar mejor la relación contigo
mismo:
Escribe una carta dirigida a ti para cambiar la forma de relacionarte contigo. (Este punto
está más desarrollado en el epígrafe «Ejercicio 9. Vuelta a casa»).
Si te sientes rechazado en situaciones en las que otras personas no tienen la intención de
rechazarte, intenta cuestionar tus pensamientos y ver otras posibilidades (a veces ayuda
leer a diario un mensaje que diga «no hay nada de malo en ti»).
Haz un listado de las razones por las cuales no eres una mierda y léelo a diario. (Este
punto está más desarrollado en el epígrafe «Ejercicio 10. Conmigo sí, bicho»).
Intenta pensar que lo que los demás ven en ti es su dibujo basado en sus creencias y no
te define.
Háblate bien. Si te hablas mal, trata de corregirlo cuando seas consciente (nada nos
hunde más la autoestima que tratarnos mal a nosotros mismos).
Realiza acciones de autocuidado: cocinar, descansar lo suficiente, comer bien, hacer
deporte, salir con personas que quieres, etc.
Lleva un registro de logros diarios en el móvil y léelo cada noche para darte cuenta de que
consigues muchas más cosas de las que piensas.
Test para saber cómo te llevas contigo
mismo
1. Me hablo fatal y no me cuido:
Sí | No
2. Siento que no soy suficiente y que no hago nada bien:
Sí | No