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Desde la perspectiva cristiana
Sexualidad
La sexualidad es una forma de ser persona. Afecta a todas las dimensiones
del ser humano y durante todas las etapas de su vida: infancia, adolescen-
cia, juventud, edad adulta y vejez. Cada una se vive con características
propias.
La sexualidad está llamada a desarrollarse y hacerse cada vez más humana.
Este progreso se va consiguiendo poco a poco a medida que la persona
crece y madura integralmente.
El amor no se reduce a la mera dimensión física del placer carnal, sino que
tiende a una perspectiva más amplia: como expresión y manifestación más
profundas de la entrega y unión con la persona a quien amamos.
Condicionantes de la identidad sexual
En la actualidad abundan los estímulos que empujan a vivir en un am-
biente que tergiversa el amor humano y lo reduce y trata de una manera
superficial. La mercantilización de la realidad lleva fácilmente a considerar
también el amor y, por supuesto, el sexo, como un objeto más de consumo
y, por tanto, desechable y limitado.
Así, en el proceso de construcción de la identidad sexual de los jóvenes,
cada vez ejerce mayor influencia el concepto de “belleza” —estrictamente
limitado al ámbito de lo físico— que se elabora con “ideales”, fantasías
y retazos de modelos que atraviesan el mundo de las representaciones
mediáticas de la sociedad. El vestuario, la alimentación, el ejercicio físico, el
maquillaje, la moda y la publicidad se esmeran en proporcionar nuevos “es-
tilos” para que cada joven y cada muchacha responda a esos modelos.
Para ello evocan, con imágenes de textura y color, los contornos de los cuer-
pos, las presencias y las ausencias, resaltando el erotismo y la sensualidad,
el placer y el gozo legítimos del individuo, pero reductores y hasta aniqui-
ladores de las dimensiones espirituales del joven y la vivencia del amor en
el ámbito privado, íntimo, maduro y comprometido de la pareja. Un Cristo varonil y tierno
“El alma del joven, al irse fortaleciendo,
ha de ir precisando también más y más
Actividad 6 la verdadera figura de Jesús. Del Jesús
niño ha de ir pasando al Jesús adoles-
1. En grupos, relean el apartado Condicionantes de la identidad sexual. Comenten cente, al Jesús jefe, al Jesús paciente.
con qué afirmaciones están de acuerdo y con cuáles no lo están. Ha de conocer un Cristo enérgico y
2. Contesten en sus cuadernos en forma individual y luego comenten sus respuestas varonil: el del sermón de la montaña,
con el grupo: a) ¿Me siento más varón o más mujer en la medida en que sigo los el que arroja a los mercaderes del Tem-
preceptos de la moda juvenil? b) ¿Cómo puedo afirmar mi identidad personal, plo, el que calma las tempestades, el
aceptando que no puedo evadirme totalmente de los condicionantes externos y que invita a hombres y mujeres a se-
que, a la vez, tengo una dimensión espiritual que trasciende mi corporalidad? guirlo dejándolo todo por causa del
3. Elijan a algún artista, cantante, personaje de cine o televisión que califiquen como Evangelio.
“rupturista”. Analicen su apariencia (vestuario, maquillaje, etc.), sus gestos y el Y, al mismo tiempo, ese Cristo es el Dios
“look” que cultiva y debatan, guiados por el profesor (a), acerca de la influencia bueno que acaricia al pródigo, busca
de estos ídolos o personajes en el proceso de maduración de la identidad sexual la ovejita perdida, perdona a la Mag-
tanto de los niños como de los jóvenes de hoy. dalena, defiende a la adúltera y sale en
busca de Zaqueo”.
Alberto Hurtado
RELIGIÓN 1º MEDIO • Unidad 5 93