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2.3. Causas de la increencia y la indiferencia religiosa
La increencia y la indiferencia religiosa no son casi nunca el resultado de una
sola causa. Con frecuencia se mezclan las circunstancias históricas en que
se vive y la propia biografía de las personas. Señalamos, a continuación,
algunas de estas causas:
• Instalarse en una forma de vida que hace imposible la inquietud y la pregunta
religiosa. Por ejemplo: una vida superficial, siempre ocupada, obsesionada por
lo material, etc.
• Adoptar una mentalidad solamente cienticista en la que ni siquiera se plantean
las preguntas que no pueden ser experimentadas o verificadas por la ciencia.
• La presencia del mal en la sociedad, que se manifiesta de muchas y variadas
formas: hambre, guerras, violencia...
El problema del mal es uno de los grandes in- • La incoherencia de vida de algunos creyentes que dan una imagen deficiente
terrogantes de la humanidad. de Dios, al vivir incluso valores opuestos a la fe que dicen creer.
• La misma condición de la divinidad. Dios es Alguien que escapa a nuestras pre-
tensiones de convertirlo en objeto o idea. Dios sólo se hace presente en la fe y
en la confianza de la persona.
La Iglesia también ha reflexionado profundamente sobre el hecho de la in-
creencia y señala diferentes causas que la han provocado o favorecido:
El ateísmo nace a veces como violenta protesta contra Unos niegan a Dios expresamente. Otros afirman que
la existencia del mal en el mundo o como adjudicación nada puede decirse acerca de Dios. [...]
indebida de bienes humanos que son considerados práctica- Muchos, rebasando indebidamente los límites de las ciencias
mente como sucedáneos de Dios. positivas, pretenden explicarlo todo sobre esta base pura-
mente científica o, por el contrario, rechazan sin excepción
[…] El ateísmo, considerado en su total integridad, no es un
fenómeno originario, sino un fenómeno derivado de varias toda verdad absoluta.
causas, entre las que se debe contar también la reacción Hay quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido
crítica contra las religiones y, ciertamente en algunas zonas la fe en Dios, ya que les interesa más, a lo que parece, la
del mundo, sobre todo contra la religión cristiana. afirmación del hombre que la negación de Dios.
Hay quienes imaginan un Dios por ellos rechazado, que
Por lo cual, en esta génesis del ateísmo pueden tener parte nada tiene que ver con el Dios del Evangelio.
no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el des-
cuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada Otros ni siquiera se plantean la cuestión de la existencia de
Dios, porque, al parecer, no sienten inquietud religiosa
de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, alguna y no perciben el motivo de preocuparse por el hecho
moral y social, han velado más bien que revelado el genuino religioso.
rostro de Dios y de la religión.
Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, N.° 19
Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, N.° 19
Y recuerda:
La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su mismo na-
cimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios. Existe pura y simplemente por el amor de Dios, que lo creó, y por
el amor de Dios que lo conserva. Y solo se puede decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese
amor y se confía por entero a su Creador. Muchos son, sin embargo, los que hoy día se desentienden del todo de esta íntima
y vital unión con Dios o la niegan en forma explícita. [...]
Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, N.° 19
SM