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62 Dr. William Soto Santiago
Porque cuando se echa la Bendición del Primogénito: se
echa toda sobre el primogénito; y no queda nada para otro
de los hijos, en relación a esa Bendición del Primogénito.
Entonces Isaac habló unas palabras de bendición para
Esaú; pero no las de la primogenitura.
Podemos ver a Jacob, Israel, como un vencedor, un
vencedor por la fe: luchando, buscando y obteniendo la
Bendición del Primogénito.
Eso nos enseña que la Bendición del Primogénito hay
que buscarla, hay que lucharla, y hay que obtenerla; y
hasta obtenerla, la persona todavía tiene que seguir
luchando.
Ahora, Esaú, con lágrimas, buscó esa bendición que
había perdido; pero esa es una bendición que no se
recupera. Y cuando una persona pierde la bendición de
Dios por cambiarla por los bienes y cosas materiales, esa
bendición no la puede recuperar. Jacob la obtuvo.
Ahora, vean una cosa: Siempre la bendición que Dios
tiene para ese tiempo, siempre va a ser dada al que tiene
ese deseo de recibirla, al que la busca, al que lucha por
ella, no importa lo que tenga que luchar.
El que la pierde, la pierde; el que la obtiene: la
obtiene, y nadie se la puede quitar; aunque después de
obtenerla tenga más problemas de los que tenía primero;
como Jacob.
Jacob, luego que obtuvo la bendición por la Palabra
hablada del profeta correspondiente para ese tiempo, su
hermano dijo: “Cuando muera mi padre, yo mato a Jacob,
porque me hizo un negocio sucio”.