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60 Dr. William Soto Santiago
ya Isaac estaba ciego.
Así que Isaac se dio cuenta que no era la voz de su hijo,
aunque decía que era su hijo. Y le dice: “Hijo mío,
acércate”; entonces tocó sus brazos, y vio que era velludo.
Luego le dijo: “Hijo mío, acércate más para besarte”; lo
besó. Pero no era por besarlo, era por usar otro de los
sentidos: usó el oído primero, cuando escuchó la voz; luego
usó el tacto; y luego iba a usar el olfato. Y cuando se
acercó y lo besó, dijo: “Son los brazos de Esaú, velludos;
es el olor del campo, el olor de Esaú; aunque es la voz de
Jacob”.
Y le bendijo con la Bendición del Primogénito, con la
bendición que le correspondía a aquel hijo mayor que
menospreció la bendición de Dios, menospreció esa
Bendición del Primogénito, menospreció las cosas
espirituales de Dios, menospreció el Programa de Dios de
la Primogenitura; y le echó esa bendición a Jacob.
Y luego Jacob, de seguro que cuando escuchó esa
bendición y terminó Isaac de echar esa bendición, se fue
corriendo, antes que Isaac se diera cuenta o algo pasara, e
Isaac quisiera cancelar esa bendición. Pero Isaac sabía que
no podía ser cancelada.
Luego que comió y bendijo a Jacob, y Jacob se fue muy
contento: nuevamente vino con comida y se fue sin comida,
pero con la Bendición del Primogénito, con ese Mensaje
hablado, en donde está esa Bendición del Primogénito.
Jacob había cambiado lo terrenal por lo celestial: otro
buen negocio de Jacob, con ayuda de su madre.
Y eso es muy bueno, que la madre siempre le ayude a