Page 43 - Cloe-y-el-poubolt-magico
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—Estamos en la meseta de Valensole.
      Como ves, aquí todo lo que se siembra

      es  lavanda.  La  Alta  Provenza  es
      famosa por ella.
      —¡Lila! ¡Mi color favorito!



      Cloe  recorrió  los  surcos  que  había
      entre  las  largas  hileras  de  plantas  de
      lavanda. El color daba paz y alegría al
      mismo tiempo. El perfume de la flor le

      recordaba  a  su  abuelita,  que  siempre
      tenía un saquito de lavanda seca en su
      mesita de noche.



      —Como sé que te gusta la naturaleza,
      Camarga te va a encantar.


      Y así es como Cloe se halló en mitad

      de  un  estanque,  con  flamencos
      rosados  y  toros  pastando  en  las
      cercanías.  Pasearon  por  arrozales  y
      pantanos  sin  importarle  si  se  mojaba

      los  pies.  Al  llegar  a  las  salinas,  unos
      caballos  salvajes  corrían  entre  las
      aguas.  Este  parque  le  recordó  a
      Doñana.  En  realidad,  ¡Francia  y

      España tenían tanto en común!
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