Page 38 - Primer libro VIM
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Lo anterior, nos puede permitir comprender un poco más profundamente la realidad que se vive en este
sector; que tampoco es exclusiva, por cierto, de las personas con discapacidad: vivir con los padres no excluye
la posibilidad de llevar una vida independiente. En la mayor parte de los casos, incluso, es el familiar con
discapacidad el que provee el sustento o es el eje de apoyo de todo
el resto de la familia.
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La escolaridad y la profesión (gráfico 8), es otro tema de interés
público fundamental de la población con discapacidad motora,
por el completo abandono que refleja. Como puede apreciarse
en la muestra que participó en la consulta, el grado de estudios
que prevalece entre las personas encuestadas, es la secundaria
completa; y, aún así, sólo un 20% la tiene. Poco más del 10%
cuenta con preparatoria completa y sólo el 7.5% con licenciatura
completa. El resto, son estudios incompletos o poco significativos:
carrera técnica completa, un 4.5%; primaria completa, el 6%. La
escolaridad de las PCD revela sin duda, estructuras muy instaladas
de exclusión; sea por las escasas o nulas oportunidades para que una PCD pueda continuar sus estudios,
sea por la dificultad de encontrar planes de estudio adaptados a la realidad de las PCD motora, sea por las
pocas posibilidades de obtener un trabajo remunerado con los estudios ofrecidos o la situación específica
de cada PCD.
Las profesiones u oficios que muestra la población con discapacidad
encuestada, así como las actividades productivas que actualmente
realizan, requieren un análisis de mayor profundidad –que desde
luego, excede los alcances de este trabajo-, a efecto de contrastarlo
con la oferta de estudios o formación académica disponible para
personas con discapacidad motora. En la gráfica 9, podemos
apreciar una diversidad muy amplia de profesiones u oficios, con
que ya cuentan las PCD
encuestadas; que van desde policías privados, comerciantes,
artesanos o pintores, hasta ingenieros, administradores,
contadores, diseñadores y comunicadores; pasando por
las trabajadoras del hogar, técnicos, asistentes, secretarias,
promotores, trabajadores de la salud y terapeutas. Sin faltar, por
supuesto, los deportistas y los estudiantes.
Al contrastar la información anterior con las actividades productivas
que de hecho están desempeñando actualmente 87 de las 200 PCD
12 Convención DPD: Artículo 24 Educación.- 2. Al hacer efectivo este derecho, los Estados Partes asegurarán que: a) Las personas con discapacidad
no queden excluidas del sistema general de educación por motivos de discapacidad, y que los niños y las niñas con discapacidad no queden excluidos
de la enseñanza primaria gratuita y obligatoria ni de la enseñanza secundaria por motivos de discapacidad; b) Las personas con discapacidad
puedan acceder a una educación primaria y secundaria inclusiva, de calidad y gratuita, en igualdad de condiciones con las demás, en la comunidad
en que vivan; e) Se hagan ajustes razonables en función de las necesidades individuales; d) Se preste el apoyo necesario a las personas con
discapacidad, en el marco del sistema general de educación, para facilitar su formación efectiva; e) Se faciliten medidas de apoyo personalizadas
y efectivas en entorno s que fomenten al máximo el desarrollo académico y social, de conformidad con el objetivo de la plena inclusión. 3. Los
Estados Partes brindarán a las personas con discapacidad la posibilidad de aprender habilidades para la vida y desarrollo social, a fin de propiciar
su participación plena y en igualdad de condiciones en la educación y como miembros de la comunidad. A este fín, los Estados Partes adoptarán las
medidas pertinentes, entre ellas: a) Facilitar el aprendizaje del Braille, la escritura alternativa, otros modos, medios y formato s de comunicación
aumentativos o alternativos y habilidades de orientación y de movilidad, así como la tutoría y el apoyo entre pares; b) Facilitar el aprendizaje de la
lengua de señas y la promoción de la identidad lingüística de las personas sordas; e) Asegurar que la educación de las personas, y en particular los
niños y las niñas ciegos, sordos o sordociegos se imparta en los lenguajes y los modos y medios de comunicación más apropiados para cada persona
y en entorno s que permitan alcanzar su máximo desarrollo académico y social. Modelo VIM: Tiene que cambiar urgentemente el paradigma de
la educación escolarizada; es imposible que una PCD “se ponga al corriente” en las condiciones que el sistema ofrece.
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