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EL RECTÁNGULO ÁUREO EN  DOS OBRAS MAESTRAS

             Se afirma en ocasiones que la  proporción áurea asoma en numerosas obras
             de arte. A modo ilustrativo se dan aquí dos ejemplos: el Partenón de Atenas
             y  Las meninas de Velázquez.  Incluso cuando el  arte rompe los estándares
             de la herencia clásica -en el cubismo de la pintura, por ejemplo-, el rectán-
             gulo se  mantiene como elemento estructurador del cuadro.  El  Partenón es
             uno de los principales templos dóricos que se conservan, y  fue construido
             entre los años 447 y  432 a.c. Sus dimensiones aproximadas son 69,5 m  de
             largo por 30,9 m de ancho; las columnas tienen 10,4 m de altura. Está dedi-
             cado a la  diosa griega Atenea, a la  que los atenienses consideraban su  pro-
             tectora. En  cuanto al  lienzo de Velázquez, sus  medidas son  318 x 276 cm, y
             fue pintado en 1656. Como puede observarse en las  imágenes, las propor-
             ciones de muchos elementos clave de
             ambas obras dibujan varios rectángu-
             los áureos. De todos modos, hay que
             precisar que, si  bien  no existe cons-
             trucción, lo contrario sería demasiado
             casual.



















           Demostración. Imaginemos en el papel un punto y circun-
           démoslo de 3, 4 o 5 triángulos equiláteros, 3 o 4 cuadrados y
           3 pentágonos. El punto del plano no admite más, si contamos
           los grados de los ángulos. Luego no puede haber más sólidos
           regulares que los que provienen de estos casos.

           Pero, ¿existen los cinco? La construcción de los tres primeros
       es relativamente sencilla; la del icosaedro y del dodecaedro, en





                                   LA TÉCNICA DEL T ÁNGRAM EN LOS «ELEMENTOS»   103
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