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caso, debe llevar los tres lados dados encima de una recta; hace
       falta que la recta los pueda contener con independencia de la
       longitud «concreta» de cada caso particular; por ello precisa de
       una semirrecta infinita.  Por lo tanto,  en cierta medida,  la limi-
       tación de Aristóteles «les quita»  algo  a los matemáticos en su
       quehacer.
           Pasarían nueve siglos desde que Aristóteles impusiera limi-
       taciones al uso del infinito y que Proclo escribiera sus Comenta-
       rios del Libro I de los Elementos de Euclides y diera su propia
       opinión al respecto. Lo hace en el marco de su análisis de la pro-
       posición 12 del Libro I:


           Conviene examinar de qué manera el infinito posee, en general, un
           fundamento. Es manifiesto que, si una recta es infinita, el plano que
           la contiene también será infinito, y esto en potencia efectiva [ ... ]
           Queda, pues, la posibilidad que el infinito exista en la imaginación
           sin que la imaginación conciba· el infinito, porque la imaginación
           concibe y aplica a la vez una forma y un límite a todo lo que concibe
           [ ... ] La imaginación no concibe el infinito sino que, hallándose con
           una incerteza respecto de este objeto, suspende todo pensamiento
           ulterior y llama infinito todo lo que repudia como algo que no puede
           ser ni medido ni abrazado por la concepción [ ... ] La imaginación
           crea, pues, el infinito por la potencia indivisible de poder progresar
           sin fin y, en lugar de concibir el infinito, lo concibe como supuesto
           [ ... ] De manera que si coloca la recta infinita en la imaginación de la
           misma manera que las otras figuras geométricas [ ... ] no nos sorpren-
           de que esta recta sea infinita en potencia efectiva y que, tomada de
           forma indeterminada, se aplica a los conceptos determinados.
               Por otro lado, el conocimiento razonado, del cual provienen
           los razonamientos y las demostraciones, no usa el infinito en la cien-
           cia[ ... ].  No admite el infinito en relación con lo infinito; lo admite
           en relación con lo finito [ ... ] De lo cual, si sacamos partido del de-
           fecto que supone la certeza de que la imaginación tiene limitaciones
           y que ello constituye el fundamento de la generación del infinito,
           entonces la ciencia supone la existencia del infinito a fin de que,
           conservando la línea finita, pueda usar de esta existencia de mane-
           ra impecable e incontrovertible.





                                       EL  LIBRO I Y LA GEOMETRIA DEL UNIVERSO   85
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