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leza. La energía en los átomos está discretizada y no puede tomar
                     cualquier valor; lo mismo se da para la radiación electromagnética
                     en un cuerpo negro, como descubrió Planck, o para las .vibracio-
                     nes en un sólido. A esta discretización se la llamó «cuantización»,
                     palabra de la que viene el nombre de la teoría más importante del
                     siglo xx, con permiso de la relatividad de Einstein.
                         Otro aspecto en el que los métodos de Boltzmann quedaron
                     reivindicados fue el uso de la probabilidad. Esta había sido vista
                    por Boltzmann como una forma de tratar coajuntos enormes de
                    partículas, imposibles de representar matemáticamente de nin-
                     guna otra forma.  Con la llegada de la mecánica cuántica la pro-
                     babilidad tomó un papel protagonista, pasando del reino de las
                     grandes colecciones de átomos al de las partículas individuales.
                     Se descubrió que el comportamiento de la materia a pequeña es-
                     cala es impredecible o,  dicho de forma más precisa, que solo se
                    puede predecir de forma estadística. Además, esa aleatoriedad no
                     está relacionada con la falta de información o con las carencias
                     del equipo que se utiliza, sino que es una propiedad intrínseca de
                    la materia.
                        La física estadística de Boltzmann quedó perfectamente defi-
                    nida a la luz de la nueva teoría: para un coajunto de moléculas en
                    un recipiente existe un número finito de combinaciones para sus
                    energías y posiciones, dado por las limitaciones que impone la me-
                    cánica cuántica. Además, el resultado de los choques es realmente
                    aleatorio, de forma que el uso de la probabilidad está plenamente
                    justificado. De  hecho, la introducción de la mecánica cuántica
                    también resolvía otros problemas, como el de la hipótesis ergó-
                    dica:  al  haber un número finito  de  energías posibles,  quedaba
                    claro que, tarde o temprano, una molécula pasaría por todas ellas.
                        Este escenario puede parecer como una victoria total de Boltz-
                    mann sobre Mach, pero la segunda mitad del siglo xx depararía
                    algunas sorpresas que  decantarían la balanza, al  menos ligera-
                    mente, en favor de este último.
                        El  cambio llegó  a raíz  de  intentar r_econciliar la mecánica
                    cuántica y la relatividad especial de Einstein. En esta, el .espacio y
                    el tiempo eran vistos como parte de un mismo entramado llamado
                    espacio-tiempo, en el que se enmarcaban los sucesos del universo.





         148        EL LEGADO DE BOL TZMANN
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