Page 36 - 29 Lavoisier
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cordial en su trato con sus colegas científicos, nunca perdió el
                      tiempo en ocupaciones mundanas. Por ello, llegó a los veintiocho
                      años sin novia conocida, a pesar de no ser mal parecido, tener una
                      economía más que saneada y ser agradable en el trato.
                          Así es que estaba disponible cuando uno de sus supervisores
                      en la Ferme, Jacques Paulze, necesitó un novio para librar a su
                      hija de un matrimonio que se anticipaba desgraciado. El enlace
                      fue concertado en pocas semanas y la boda tuvo lugar en diciem-
                      bre de 1771. Resultó ser una decisión muy feliz, porque Lavoisier
                      encontró entonces a una esposa con la que formaría un equipo de
                      trabajo perfecto, y ello a pesar de que la joven novia aún no había
                      cumplido los catorce años cuando se casó.





                      EL EXPERIMENTO DEL PELÍCANO

                      Dos años antes de la boda, cuando ya era miembro de la Academia
                      y se había formalizado  su participación en la Ferme, Lavoisier
                      acometió su primer gran experimento, utilizando para ello la me-
                      todología que habría de seguir el resto de su carrera. Desde que
                      había elaborado el proyecto de abastecimiento de aguas de una
                      gran ciudad, la naturaleza de este «cuerpo» había atraído su aten-
                      ción. De hecho, la ubicuidad y las propiedades singulares del agua
                      ya habían atraído el interés de multitud de científicos.
                          Como se ha indicado anteriormente, en la filosofía griega, el
                      agua era uno de los cuatro elementos esenciales. Era vital para
                      todos los seres vivos y durante mucho tiempo se creyó que era un
                      cuerpo simple, que no podía ser descompuesto. Van Helmont rea-
                      lizó un experimento en la primera mitad del siglo XVII que le llevó a
                      postular que este elemento primordial podía transformarse en tie-
                      rra El científico flamenco plantó un sauce llorón con una cantidad
                      medida de tierra humedecida con agua y cuidó del árbol durante un
                      período de cinco años. El sauce aun1entó su masa en 75 kg, mien-
                      tras que la tierra disminuyó la suya en tan solo 57 g. Van Helmont
                      supuso que el árbol había ganado masa únicamente a través del
                      agua de lluvia, es decir, que el agua se había transmutado en tierra





          36          UN CIENTÍFICO ENTRE ABOGADOS
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