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Habida cuenta de que la intensidad del campo magnético B disminuye con la
distancia a los polos, puede establecerse una relación ent re ambos hechos,
constatándose así una proporcionalidad directa entre la intensidad del campo
By la cantidad de líneas de fuerza que atraviesan una superficie. Cuanto más
apretadas estén las líneas en una región, más intenso será también el campo 1
en dicha región. El número de líneas de fuerza del campo B que atraviesa una
superficie depende de cómo esté, orientada tal superficie con respecto a la
dirección de las líneas. De esta forma, para un conjunto de líneas de fuerza
determinado, el número de puntos de intersección o de corte con la superficie
será máximo para una orientación perpendicu lar (figura 1) y nulo para una
orientación paralela (figura 2). El número de líneas de fuerza del campo B que
atraviesa perpendicularmente una superficie expresa el valor de la intensidad
de dicho campo. Así pues, definimos una magnitud llamada flujo magnético
y designada por la letra (f) de la siguiente forma: sea una superficie plana 5
cualquiera y B un campo magnético perpendicular a esta superficie y con el
mismo valor en todos sus puntos; llamaremos flujo del campo magnético a
través de esta superficie a la expresión (f) = B · S. Recordemos que el flujo mag-
nético está relacionado con el número de líneas de fuerza o campo que atra-
viesan una superficie. La variación de este flujo magnético a través de un
circuito induce corriente eléctrica en dicho circuito. Cuando esta variación es
periódica, la corriente inducida cambia periódicamente de sentido.
salvo que, en ocasiones, es el imán el que gira en torno a un cable
enrollado.
La variación del flujo magnético puede ser producida por
los movimientos mecánicos de un imán, pero también es posible
qu-e se produzca por las variaciones de la corriente en otro cir-
cuito. Se sabía, desde el experimento de Oersted, que esta última
corriente produce un campo magnético. Si la corriente varía, el
campo también y, por tanto, el flujo magnético que atraviesa el
segundo circuito.
Más tarde, basándose en los principios de Faraday, Hippolyte
Pixii (1808-1835), un francés que se dedicaba a la fabricación de
instrumentos, construyó la primera dinamo en París en 1832. Era
la llamada dinamo de Pixii y constituía el primer generador eléc-
trico apto para uso industrial. Para ello, el aparato ~mpleaba un
imán que se giraba mediante una manivela. Los polos norte y sur
LA CHISPA ELÉCTRICA 87