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lo que muchas veces sus palabras eran casi inaudibles- . De ese
grupo saldrian con el tiempo un catedrático de Filología, otro de
Psicología, tres directores de museos nacionales, el director del
Instituto de Geodesia, economistas y hasta un embajador de Di-
namarca en diversos países.
FÍSICA EN LA COPENHAGUE DE 1903
La organización de la ciencia y sus instituciones es una cuestión
en constante transformación. Quizá el lector contemporáneo
piense que el lugar preferencial de la investigación científica es la
universidad. Pero esto no es necesariamente así en muchos casos,
y lo cierto es que no fue de este modo en gran parte del mundo
occidental antes del siglo XIX. De hecho, la ciencia moderna, tal
y como la entendemos en la actualidad, es fruto de un proceso
muy largo y diverso, en cuyos orígenes la universidad jugó con
frecuencia un papel más refractario que de apoyo.
En países como Inglaterra, España o Italia las universidades
del siglo XIX pretendían mantener un rol, llamémosle conservador,
cuya máxima era la de ser lugares de formación del espíritu, de
discusión educada y de preservación del conocimiento recibido.
En otras palabras, en estos países la universidad tendía más a la
conservación y transmisión del conocimiento que a su creación.
De ahí que la investigación en la Inglaterra victoriana, por ejemplo,
fuera una actividad a la que burgueses y clases medias dedicaban
su tiempo libre, y que se desarrollaba en laboratorios privados.
En cambio, Alemania y Francia impulsaron en el siglo xrx
un nuevo tipo de universidad, más parecida a la que conocemos
actualmente en muchos países occidentales, donde docencia e
investigación -pura y aplicada- se dan la mano y configuran
la propia esencia de la educación universitaria. Lejos de ser una
institución estática, la continua reestructuración de la universidad
-con la creación de nuevos laboratorios, nuevas disciplinas aca-
démicas y nuevos grados- hace que su relación con las ciencias
sea un proceso de gran riqueza y en constante transformación.
BOHR JUEGA CON LOS ELECTRONES 21