Page 38 - 05 Feynman
P. 38

recorre el camino en el que invierte el menor tiempo posible, igual
                      que ocurre con nuestro socorrista.
                         Ahora bien, ¿realmente todo se mueve siguiendo el principio
                      de tiempo mínimo? ¿También los balones de fútbol,  las balas de
                      cañón o los asteroides? ¿O existe algo distinto al tiempo que tam-
                     bién se minimiza cuando alguno de esos objetos describe una tra-
                     yectoria determinada? El geómetra francés Pierre-Louis Moreau de
                     Maupertuis descubrió en 1744 una nueva y casi mágica manera
                     de entender el vuelo de una pelota en su camino a la canasta sin
                     tener que usar las leyes del movimiento de Newton. Feynman supo
                     de ella en el instituto, gracias a su profesor de Física, el Sr. Bader:


                         Un día me llamó después de la clase de física y me dijo:  «Pareces
                         aburrido; quiero contarte algo interesante». Entonces me dijo algo
                         que encontré absolutamente fascinante y,  desde entonces, siempre
                         lo encontré fascinante ... el principio de mínima acción.

                         Imaginemos una pelota de  baloncesto viajando hacia la ca-
                     nasta. Con las leyes de Newton en la mano podemos calcular cuál
                     será su trayectoria analizando las fuerzas que entran en juego. Con
                     el principio de mínima acción esto no es necesario: solo hace falta
                     mirar la energía que tiene la pelota en cada momento. Sabemos que
                     por estar a una altura del suelo posee energía potencial y por mo-
                     verse a una velocidad determinada tiene energía cinética. Ahora
                     calculamos, en cada instante, la diferencia entre la energía cinética
                     y la potencial. Una vez hecho, sumamos el resultado que hemos
                     obtenido en cada punto de la trayectoria: lo que tenemos es una
                     cantidad que recibe el nombre de acción. Pues bien, el principio de
                     mínima acción asegura que la trayectoria real que seguirá la pelota
                     será aquella en que la acción en cualquier instante tiene siempre el
                     valor más pequeño posible; para cualquier otra trayect01ia que ima-
                     ginemos, el valor de la acción en cada instante será siempre mayor
                     que el de la trayectoria real. Dicho de otro modo, si la luz sigue el
                     camino que hace el tiempo mínimo, una piedra sigue el que hace
                     que los valores de las energías cinética y potencial sean lo más pa-
                     recidos posibles. Maupertuis, con su vena :filosófica, lo expresó más
                     poéticamente: «la naturaleza es económica en todas sus acciones».





          38         UN NUEVO MUNDO CUÁNTICO
   33   34   35   36   37   38   39   40   41   42   43