Page 36 - 05 Feynman
P. 36

PRIMER CONTACTO CON EL CAMPO DE  LA FÍSICA

                En la primavera de 1936 Theodore A. Welton y Feynman estaban deseosos de
               aprender todo lo que pudieran de la  nueva teoría cuántica. Con  los pocos
               textos existentes a su  disposición, ambos jóvenes se  embarcaron en un pro-
               grama de autoformación con tal intensidad que en pocos meses fueron capa-
               ces  de recapitular los agitados años de la  revolución cuántica. En  una carta
               fechada el 23 de julio de 1936, Welton escribía:
               · Querido R.  P ...  Me he dado cuenta de que has escrito esta ecuación:



               Lo que acababa de «descubrir» el joven Feynman era  la  ecuación de Klein-
               Gordon, una generalización de la ecuación de Schródinger teniendo en cuenta
               los efectos relativistas. «¿Por qué no la  aplicas al  átomo de hidrógeno?», le
               apremió Welton. Feynman hizo los cálculos, e igual que le pasara a Schródinger
               una década antes, descubrió que no servía para hacer predicciones suficiente-
               mente correctas.  De hecho, la  ecuación de Klein-Gordon  no es  la  ecuación
               válida para describir el  comportamiento de los electrones relativistas (cuando
               se  habla de una partícula relativista quiere decir que se mueve a velocidades
               cercanas a la  de la  luz), como había demostrado Paul  Dirac años antes en un
               trabajo que le valió el Nobel. Fue una verdadera conmoción para Feynman, pero
               aprendió que la belleza de una teoría no reside en su elegancia matemática sino
               en  si  supera «la  prueba del algodón» del mundo real. Sin saberlo, acababa de
               tener el primer contacto con el campo de la física que le valdría el premio Nobel.






                     EL SOCORRISTA Y EL BAÑISTA


                     Imaginemos a uno (o una) de los vigilantes de la playa sentado
                     cómodamente en su silla oteando el océano. De repente ve en su
                     diagonal a un bañista pidiendo ayuda dentro del agua. ¿Cuál es el
                     camino más rápido hasta él? (figura 5). La línea recta es la más
                     corta, como bien sabemos, pero no es la más rápida, porque el
                     socorrista pasaría demasiado tiempo dentro del agua y allí no se
                     desplazaría tan rápido como corriendo por la arena. Quizá sea el
                     camino en el que pasa menos tiempo en el agua ( que es justa-
                     mente aquel que llega hasta la perpendicular a la orilla, justo de-






         36          UN  NUEVO MUNDO CUÁNTICO
   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41