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HERR PROFESSOR PLANCK
            Una jornada normal de Max  Planck du-
            rante gran parte de su  vida consistía en
            la siguiente sucesión de actividades: es-
            cribir y dar clases por la  mañana, tomar
            el  almuerzo, descansar un rato, tocar el
            piano, dar un paseo y atender la corres-
            pondencia.  Entre sus  aficiones también
            se encontraba el  montañismo: a la edad
            de setenta  y  nueve años  fue  capaz de
            subir a un pico de 3674 m, el  Grossve-
            nediger. Desde 1890 hasta 1927, cuando
            ya  contaba setenta y  dos años, estuvo
            dando clases en  la  Universidad de Ber-
            lín.  Daba  cuatro lecciones semanales y   Planck leyendo en su despacho en 1908,
            supervisaba una clase de problemas. Se   cuando impartía clases en  la Universidad
                                             de Berlín.
            encargaba  de  un  ciclo  completo,  que
            duraba tres años.  El  ciclo constaba de
            mecánica, hidrodinámica, electrodinámica, óptica, termodinámica y teoría ci-
            nética; cada  una  de las  disciplinas ocupaba  un  semestre.  Planck dominaba
            todas las ramas de la  física de su  tiempo.
            «Extraordinaria claridad»
            El  físico  indio Satyendra  Nath  Bose  (1894-197 4 ),  del  que hablaremos  más
            adelante, tuvo ocasión de asistir a sus clases en Berlín: «Después de atender
            a  las  lecciones de Planck supe  lo que significa  la  física  como un todo unifi-
            cado, en el cual toda la materia se desarrolla desde un punto de vista unitario
            y con el  mínimo posible de suposiciones». Lise Meitner también asistió a las
            clases de Planck; ella llegó a pertenecer al círculo íntimo de su profesor y tuvo
            ocasión de conocer su  lado más amable:  «Las  clases  de Planck,  con su  ex-
            traordinaria claridad,  me parecieron al  principio un  poco impersonales, casi
            secas.  Pero comprendí muy pronto lo poco que mi  primera  impresión tenía
           que ver con  la  verdadera  personalidad de Planck».  La  labor pedagógica de
            Planck no se limitaba a sus clases. Su  Tratado de termodinámica sigue siendo
            libro de consulta en muchas facultades. Además escribía ensayos y artículos
            para el  gran público.





          La conclusión está clara:  estando las dos superficies a  la
      misma temperatura, cercana a la del agua caliente, la superficie
      negra desprende más calor que la superficie plateada. Pero hay





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