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LA LIBRACIÓN
Normalmente, solo se puede ver iluminada una cara de la Luna, y resulta que
siempre es la misma debido a la coincidencia entre su período de rotación y
de traslación. Esto significa que, en teoría, solo es posible ver exactamente la
mitad de la superficie lunar. Sin embargo, un observador paciente apreciará
que en realidad desde la Tierra es posible avistar hasta el 59 % de la superficie
lunar, debido a que algunas regiones que se encuentran en la penumbra en
ciertos momentos se hacen visibles. Este fenómeno se debe a unos movimien-
tos llamados libraciones, término que etimológicamente hace referencia a la
libra, es decir la balanza, y que alude a un movimiento de cabeceo del eje. Las
libraciones se producen debido a una combinación de sucesos. Por un lado,
el eje de la Luna está inclinado con respecto al plano que forma con la Tierra,
de modo que su movimiento ya genera variaciones. Por otro, la órbita de la
Luna es elíptica y en el punto más lejano (apogeo) nu_estro satélite se mueve
a menos velocidad que en el más cercano (perigeo), de modo que unas veces
su rotación se atrasa y otras se adelanta con respecto a su posición orbital en
torno a la Tierra. Por último, la Luna tiene, además, un movimiento de cabeceo.
Galileo describió el fenómeno de la libración en los siguientes términos (mos-
trando, a su vez, que se había percatado de la combinación de movimientos
que lo explican):
He observado un aspecto maravilloso de la superficie lunar. Aunque millones de
hombres la han mirado millones de veces, creo que ninguno ha observado el míni-
mo cambio de su superficie, sino exactamente la misma cara que siempre se ha
supuesto que se presenta ante nuestros ojos. Ahora veo que no es así, sino todo lo
contrario, que cambia de aspecto, como si alguien que mirándonos de frente la-
deara un poco la cara, primero a la derecha y después a la izquierda, o la alzara y
luego la bajara y finalmente la inclinara.
Imágenes de
la Luna en
su perigeo
(Izquierda)
y en su apogeo.
Al comparar, entre
ambas fotografías,
la situación
de algunos
accidentes
geográficos
del satélite, se
observa que no
siempre muestra
exactamente la
misma superficie.
142 GALILEO Y LA INQUISICIÓN