Page 144 - 17 Laplace
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superinteligencia que postulaba. Este célebre y estremecedor pa-
                    saje se encuentra en las primeras páginas de la Teoría analítica
                    de las probabilidades y del Ensayo .filosófico sobre las probabili-
                    dades, aunque Laplace ya lo tenía presente cuarenta años antes,
                   porque pertenecía a la tradición filosófica en que se fom1ó como
                    científico. En efecto, aunque ateos para el Dios cristiano ( con la
                   notable excepción de Euler), los géometres philosophes conce-
                   bían como posible la existencia de un Ser Supremo o de una Inte-
                   ligencia Suprema.  Condorcet fue  precursor en proponer una
                   situación hipotética que, muchos años más tarde, Laplace resca-
                   taría y popularizaría: la hipótesis de una Inteligencia Absoluta con
                   poderes ilimitados de cálculo que hace las veces de meta final del
                   quehacer matemático. La primera formulación del «determinismo
                   laplaciano»  aparece en un artículo publicado en 1776.  Pero el
                   credo laplaciano está más desarrollado en las páginas del inicio
                   del Ensayo (1814):


                       Debemos, pues, considerar el estado presente del universo como el
                       efecto de su estado anterior y como la causa del siguiente. Una inte-
                       ligencia que, en un instante dado, conociera todas las fuerzas de que
                       se halla animada la naturaleza, así como la situación respectiva de
                       los seres que la componen, si, además, fuera lo suficientemente am-
                       plia como para someter estos datos a análisis, podría abarcar en una
                       sola fórmula los movimientos de los cuerpos más grandes del uni-
                       verso y los del átomo más pequeño: nada le resultaría incierto y,
                       tanto el futuro como el pasado, se hallarían presentes a sus ojos. La
                       mente humana ofrece en la perfección que ha sabido dar a la astro-
                       nomía un débil esbozo de esta inteligencia. Sus descubrimientos en
                       mecánica y en geometría, junto al de la gravitación universal, han
                       puesto a su alcance comprender en las mismas expresiones analíti-
                       cas los estados pasados y futuros del sistema del mundo.

                       Esta era la fe  del ateo Laplace. Todo, arriba y abajo, en los
                   cielos y en la Tierra, obedece a un pequeño número de leyes natu-
                   rales que se cumplen invariablemente. En la &tposición escribía:
                   «Todo deriva de ellas tan necesariamente como el regreso de las
                   estaciones». «La curva trazada por una simple molécula de aire o





        144        PROBABILIDAD Y DETERMINISMO
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