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pulsar la física en Alemania, lo que a su vez podría ser un motor
de progreso de toda la economía. Convenció de ello al canciller
Adenauer, de quien fue asesor para asuntos científicos durante
algunos años. Dicha prohibición fue relajada hasta su completa
derogación en 1954, y dos años más tarde se creó la Comisión de
Energía Nuclear.
«En toda ciencia de la naturaleza que incluya también a los
seres vivos, la conciencia debe tener su lugar, porque
también pertenece a la realidad.»
- REFLEXIÓN DE HEISENBERG EN DIÁLOGOS SOBRE LA FÍS I CA A TÓMICA.
A partir de 1951 presidió la delegación alemana para la crea-
ción de un laboratorio europeo de física nuclear, el actual CERN
(acrónimo en francés de Consejo Europeo para la Investigación
Nuclear). Este organismo está situado en Ginebra, Suiza, y es la
mayor instalación de aceleradores para la física de partículas ele-
mentales. Heisenberg rechazó la oferta de asumir la dirección del
CERN porque creía que aún tenía mucho trabajo que hacer en
Alemania. La participación en la política científica de Alemania
era su manera de servir a su país, y estaba convencido de que era
la persona más adecuada para hacerlo, siguiendo el modelo de
Planck después de la Primera Guerra Mundial.
Hubo una tarea que le fue particularmente grata, y a la que se
dedicó hasta pocos meses antes de su muerte. El gobierno alemán
lo nombró presidente de la Fundación Alexander van Humboldt,
creada en 1953. El propósito de esta fundación es becar a jóvenes
científicos extranjeros para que realicen estancias posdoctorales
en centros alemanes, con el fin de impulsar la investigación y ayu-
dar a establecer relaciones científicas con otros países. Desde sus
estancias en Copenhague durante la década de 1920, Heisenberg
estaba convencido de la importancia de reunir ajóvenes de diver-
sos países, culturas o creencias para estudiar y trabajar sobre el
mismo problema. La ciencia puede ser un medio para llegar al
entendimiento entre las naciones, y la Fundación Van Humboldt
HOMBRE PÚBLICO, HOMBRE PRIVADO 159