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esposa. Su sentido del deber hacia Alemania y la conciencia de ser
un científico de primera línea lo llevaron a quedarse en Alemania
cuando los nazis accedieron al poder. En ese período, Heisenberg
actuó de forma semejante a corno lo hiciera Planck después de la
Primera Guerra Mundial, para mantener el nivel científico de Ale-
mania corno garantía de futuro. En este contexto se sitúa su de-
fensa de la física teórica corno elemento fundamental para la
formación de los futuros físicos, que a su vez aseguraría lo que
hoy llamaríamos «investigación y desarrollo». Se propuso crear lo
que denominó islas de estabilidad, a costa de concesiones y com-
promisos con el régimen.
Esta ambigua situación se hizo más complicada a partir de
1939, cuando fue movilizado para participar en el programa nu-
clear. La visita a Bohr es solo un elemento más a tener en cuenta,
pero no sabremos nunca de qué hablaron; sus protagonistas solo
pueden hacerlo ahora en obras teatrales. Sin embargo, de esta vi-
sita sí que hay algo claro: la incapacidad de Heisenberg para com-
prender que a los ojos de sus colegas, en Dinamarca o en los otros
países que visitó en aquel período, era un representante del ocu-
pante. En la abundante literatura que existe sobre Heisenberg,
este ha sido calificado desde héroe resistente a canalla colabora-
dor, pero ya se ha expuesto que la realidad es más compleja y tiene
muchos matices. Por lo que se refiere al programa nuclear, no hay
ninguna duda de que los científicos participantes, aunque fueran
conscientes de las dificultades técnicas, quisieron realmente cons-
truir una bomba atómica. Sin embargo, no consiguieron un reactor
nuclear operativo, y la decisión de no fabricar la bomba fue to-
mada por el ministro de Armamento, para optimizar los recursos
una vez que llegó a su fin la guerra relámpago. Un elemento impor-
tante de esta decisión fue el convencimiento de su superioridad
con respecto a los científicos aliados, lo que les llevó a pensar que
la bomba no sería relevante para el final de la guerra. Si los cientí-
ficos alemanes tuvieron o no escrúpulos éticos por su participa-
ción en la bomba es algo que no manifestaron hasta su detención
en Farrn Hall. Cuando Heisenberg dijo que las circunstancias ex-
teriores les evitaron afrontar un dilema ético, se refería a la deci-
sión gubernamental, y no hay en estas palabras nada que indique
168 HOMBRE PÚBLICO, HOMBRE PRIVADO