Page 168 - 03 Heisenberg
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esposa. Su sentido del deber hacia Alemania y la conciencia de ser
                     un científico de primera línea lo llevaron a quedarse en Alemania
                     cuando los nazis accedieron al poder. En ese período, Heisenberg
                     actuó de forma semejante a corno lo hiciera Planck después de la
                     Primera Guerra Mundial, para mantener el nivel científico de Ale-
                     mania corno garantía de futuro.  En este contexto se sitúa su de-
                     fensa de la física teórica corno  elemento fundamental para la
                     formación de los futuros físicos,  que a su vez aseguraría lo que
                     hoy llamaríamos «investigación y desarrollo». Se propuso crear lo
                     que denominó islas de estabilidad, a costa de concesiones y com-
                     promisos con el régimen.
                         Esta ambigua situación se hizo más complicada a partir de
                     1939,  cuando fue movilizado para participar en el programa nu-
                     clear. La visita a Bohr es solo un elemento más a tener en cuenta,
                     pero no sabremos nunca de qué hablaron; sus protagonistas solo
                     pueden hacerlo ahora en obras teatrales. Sin embargo, de esta vi-
                     sita sí que hay algo claro: la incapacidad de Heisenberg para com-
                     prender que a los ojos de sus colegas, en Dinamarca o en los otros
                     países que visitó en aquel período, era un representante del ocu-
                     pante.  En la abundante literatura que existe sobre Heisenberg,
                     este ha sido calificado desde héroe resistente a canalla colabora-
                     dor, pero ya se ha expuesto que la realidad es más compleja y tiene
                     muchos matices. Por lo que se refiere al programa nuclear, no hay
                     ninguna duda de que los científicos participantes, aunque fueran
                     conscientes de las dificultades técnicas, quisieron realmente cons-
                     truir una bomba atómica. Sin embargo, no consiguieron un reactor
                     nuclear operativo, y la decisión de no fabricar la bomba fue to-
                     mada por el ministro de Armamento, para optimizar los recursos
                     una vez que llegó a su fin la guerra relámpago. Un elemento impor-
                     tante de esta decisión fue el convencimiento de su superioridad
                     con respecto a los científicos aliados, lo que les llevó a pensar que
                     la bomba no sería relevante para el final de la guerra. Si los cientí-
                     ficos alemanes tuvieron o no escrúpulos éticos por su participa-
                     ción en la bomba es algo que no manifestaron hasta su detención
                     en Farrn Hall.  Cuando Heisenberg dijo que las circunstancias ex-
                     teriores les evitaron afrontar un dilema ético, se refería a la deci-
                     sión gubernamental, y no hay en estas palabras nada que indique






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