Page 166 - 03 Heisenberg
P. 166
CONCERTISTA POR UN DÍA
El repertorio para piano de Heisenberg
cubría obras para piano solo, o música de
cámara con voz o con la intervención
de unos pocos instrumentos. Bárbara
Blum, una de las hijas de Heisenberg,
cuenta que en el sesenta aniversario del
científico alemán, su famflia y algunos de
sus amigos le prepararon un buen regalo:
junto con otros amigos y conocidos for-
maron una efímera orquesta de aficiona-
dos para que Heisenberg pudiera tocar
uno de sus conciertos favoritos, el Con-
cierto para piano y orquesta en Re menor
de Mozart. Aquella fue una velada me-
morable para todos los participantes, y
diez años más tarde motivó una sorpresa
a un nivel superior: la Orquesta Sinfónica
de la Radio de Baviera le propuso tocar
juntos el mismo concierto, lo que da una idea de la valoración social de que
gozaba Heisenberg. Pero el asunto no quedaba ahí; la sorpresa fue aún mayor
cuando le dijeron que tenían la intención de grabar el concierto. A pesar de
tan digno ofrecimiento, la iniciativa-homenaje no pasó del primer ensayo, pues
Heisenberg se dio cuenta de sus limitaciones como solista profesional. Según
cuenta Bárbara, hasta entonces su padre solía saltarse algunas notas en los
pasajes más difíciles o frenar el ritmo de ejecución, sin comprometer la musi-
calidad del conjunto; pero algo perfectamente admisible entre músicos aficio-
nados no lo es cuando se está acompañado de profesionales. Después del
ensayo, Heisenberg dijo a los músicos que necesitaba practicar mucho más,
pues hasta ese momento no se había dado cuenta de la rapidez con la que dos
manos han de tocar simultáneamente el piano. Sin embargo, el director y los
miembros de la orquesta apreciaron el arte mostrado por Heisenberg en los
pasajes más sutiles, de modo que aquel primer y único ensayo fue una satis-
facción para todos.
La música fue para Heisenberg el equivalente a una pasión
emocional, y las veladas musicales tuvieron siempre una gran im-
portancia en la familia. En los primeros años de matrimonio, la
esposa cantaba lieder, acompañada al piano por su marido.
Cuando sus dos hijos mayores fueron capaces de hacerlo, solían
166 HOMBRE PÚBLICO, HOMBRE PRIVADO