Page 167 - 03 Heisenberg
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tocar tríos para piano, violín y violonchelo con su padre. La mú-
sica formaba parte de la vida cotidiana: ejercicios o interpretacio-
nes con diversos instrumentos, canciones de un solista o un coro
familiar .. . Una de las hijas decía que en su niñez siempre se dor-
mía arrullada por las escalas y ejercicios de su padre al piano.
La música era un contacto con lo trascendente, como ilustran
los siguientes comentarios. En 1924, desde Copenhague, escribía
a sus padres:
Es realmente imposible vivir sin música. A veces, cuando la oímos,
llegamos a la absurda idea de que la vida puede tener sentido.
Al final de sus memorias evoca una ocasión en la que escuchó
a un anugo y a sus hijos mayores tocar en casa un trío para cuerda:
A medida que lo escuchaba me reafirmé en la convicción de que,
considerando el tiempo a escala humana, siempre seguirán adelante
la vida, la música y la ciencia, aunque nosotros solo cooperemos por
poco tiempo en ese avance, en el que somos a la vez, en palabras de
Niels, espectadores y actores del gran drama de la vida.
EL LEGADO DE HEISENBERG
Como punto final, volvan10s a las dos cuestiones suscitadas en la
introducción, pero planteadas de manera más general: ¿Cuál es el
legado científico de Heisenberg? ¿Qué hay que pensar de su parti-
cipación en el programa nuclear nazi? Ya se han detallado esas
cuestiones, y ahora vamos a hacer una recapitulación.
Empecemos por la segunda cuestión. Sus conceptos sociales
y políticos se forjaron durante su infancia y adolescencia. Las
ideas de su familia, la Primera Guerra Mundial y la dura posgue-
rra, la fallida República Soviética de Baviera, el movimiento juve-
nil de los exploradores ... fueron las experiencias cruciales en las
que se formó su nacionalismo y su actitud ante su país, del que «se
sentía parte y responsable» al mismo tiempo, como escribió su
HOMBRE PÚBLICO, HOMBRE PRIVADO 167