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A finales de enero de 1937 conoció a Elisabeth Schumacher en
       una velada musical. Según contaron después muchas veces a sus
       hijos, el «flechazo» se produjo después de que Heisenberg interpre-
       tara el Trío para piano en Sol mayor de Beethoven. Su posterior
       conversación, iniciada por su común apreciación del movimiento
       lento de este trío, fue el desencadenante del idilio.

                       «Esa velada cambió decisivamente nuestras vidas.
            Ambos sentirnos que habíamos encontrado nuestro destino.»

                        -  ELISABETH  SCHUMACILER  ACERCA  DEL  PRIMER  ENCUENTRO  CON  ÜEISENBERG.

           Diez días después llegó el compromiso matrimonial, y tres me-
       ses más tarde ya estaban casados. Tuvieron siete hijos, tres chicos
       y cuatro chicas. Los recuerdos que los hijos mayores evocan de su
       progenitor empiezan a partir de 1946;  hasta entonces apenas re-
       cuerdan nada interesante de un padre que estaba ausente la mayor
       parte del tiempo.
           Los hijos hablan de tres facetas distintas en su padre, relacio-
       nadas con su trabajo, la naturaleza y la música.  Entre semana,
       Heisenberg hablaba poco durante las comidas. Ya sabían que era
       un gran científico y pensaban que estaba concentrado en sus gran-
       des asuntos - su capacidad de concentración era legendaria-,
       alejados de la vida cotidiana. Heisenberg intervenía poco en los
       asuntos domésticos, que estaban a cargo de su esposa. Sin em-
       bargo, los fines de semana el padre cambiaba por completo. Las
       salidas a los bosques y colinas alrededor de Gotinga eran un ritual
       familiar, y organizaba juegos y contaba historias a sus hijos.  Es
       corno si reviviera sus salidas con los exploradores. Heisenberg
       hablaba poco de su vida pasada, pero a sus hijos les hablaba a
       menudo, y con un entusiasmo particular, de su época con los ex-
       ploradores. Todos en la familia eran conscientes de la profunda
       influencia emocional que  este período  tuvo  para él.  Entre las
       pocas recomendaciones que hizo a sus hijos hubo dos en las que
       insistió siempre: que se unieran a algún grupo de exploradores
       para buscar el contacto con la naturaleza y que se animaran a
       tocar algún instrumento musical.






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