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No es difícil de entender por qué Newton, en la época en que hizo
                         ese descubrimiento, se sentía tan molesto cuando tema que dedicar
                        algo de su atención a diversiones menores, como la óptica o las
                        matemáticas, habiendo echado sobre sus hombros la responsabilidad
                        de reinterpretar la tradición central de toda la civilización europea.


                        Frente a su impecable y exitosa trayectoria profesional, ya
                    fuese como joven catedrático lucasiano en la Universidad de Cam-
                    bridge, como pulcro miembro del Parlamento inglés, como escru-
                    puloso funcionario del Tesoro o como todopoderoso presidente
                    de  la Royal  Society,  los manuscritos subastados en Sotheby's
                    muestran su secreto inconfesable: un arrianismo convencido, me-
                    ditado, que lo acompañó toda su vida desde su juventud y que, por
                    ley,  lo podía haber apartado de todos sus cargos en caso de ha-
                    berse conocido.
                        Pero el interés de Newton por la exégesis bíblica y la teología
                    fue  mucho más allá de los asuntos relativos a  la Trinidad.  De
                    hecho, fueron miles y miles las páginas que escribió sobre teolo-

         r.================~===~-==-=-=-=--=-----_-_-_-_-_-_-~---~-----~-------~---~-...... ~

               PROBLEMAS DE CONCIENCIA

               Es  posible que los primeros estudios teológicos de Newton -iniciados hacia
               1672- tuvieran que ver con el  hecho de que su puesto en el Trinity College le
               obligara a ordenarse sacerdote anglicano. El  plazo para tomar los votos aca-
               baba en 1675 y, para entonces, Newton era ya un arriano convencido. No está
               falto de ironía  que el  co//ege de Cambridge,  donde el  feroz antitrinitario
               Newton pasó tres décadas y media de su  vida, llevara por nombre Holly and
               Undivided Tririity College, o  sea,  Colegio de la  Santa e Indivisa Trinidad. Al
               verse obligado a tomar los hábitos, Newton se encontró ante un importante
               dilema moral.  Por algunas notas conservadas se  desprende que, tras algún
               que otro tibio intento de evitar la ordenación, tenía  pensado renunciar a su
               puesto, aunque sin hacer públicas las razones. Finalmente, el asunto se arregló
               de manera un tanto misteriosa: en el último momento llegó una dispensa real
               eximiendo al catedrático lucasiano de tomar los votos, salvo que él mismo lo
               deseara -obsérvese el  matiz: no se dispensaba a Newton, sino al que ocupa-
               ra  la  cátedra lucasiana,  fuera quien fuese-. Posiblemente la  mano de Isaac
               Barrow estaba detrás de la  dispensa.

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         118        MATEMÁTICO Y APRENDIZ DE BRUJO
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