Page 89 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez
—He pensado que quizás este fin de semana podríamos salir a
pasear con Rosa y con Tania.
—No sé, a lo mejor; aunque me dijo mi tía que vendrá Móni-
ca y no sé si lo hará el sábado o el domingo.
—¿Quién es Mónica?
—Es quien fuera mi tutora en el internado, Tía Carmen ha
contactado con ella y le ha dicho que desea verme.
—Bueno, podríamos organizarlo para el día en que no tengas
compromiso, hablamos el fin de semana, ¿vale?
—Vale.
Durante un buen rato estuvimos charlando de nuestras cosas,
no volvimos a tocar el tema de la muerte de mi madre, pero si salió
a colación el encuentro con Miguel el sábado anterior.
—¿Miguel se ha puesto en contacto contigo después del
sábado? —me preguntó Sara claramente intrigada.
—No, no he vuelto a saber nada de él.
—Dime la verdad, ¿ibas a ir al parque el domingo?
—¡Nooooooo!, ¿cómo crees eso?, ya te dije que no iría.
A pesar de mi rotunda negativa pude apreciar cierta incredu-
lidad en el rostro de Sara, estaba claro que mi imprecisión sobre
aquel tema me delataba. Sara no quiso seguir insistiendo, segura-
mente porque notaba mi incomodidad al hablar de Miguel. Con-
tinuamos durante un rato conversando sobre cosas intrascendentes
hasta que Sara se despidió.
—Bueno, me voy ya, quedamos entonces para el fin de sema-
na.
—Sí, yo te llamo, dependiendo de cuando venga Mónica ya
nos ponemos de acuerdo.
—Bien, entonces no planearemos nada hasta que tú me lla-
mes. Cuídate, nos vemos.
—Nos vemos —le dije a modo de despedida cuando estaba ya
alcanzando la puerta.
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