Page 98 - Mucho antes de ser mujer
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Mucho antes de ser mujer
sus consejos eran propios de alguien mucho más experimentado.
A veces pensaba que sería muy bueno que yo tuviese la cabeza tan
bien amueblada como ella la tenía; pero mi personalidad era muy
diferente y mucho más vulnerable, y eso me hacía meterme en pro-
blemas que, con toda seguridad, ella evitaría sin dificultad alguna.
Estaba aún a más de cien metros de él y pude apreciar cla-
ramente su silueta, estirado sobre el banco de siempre y con los
pies sobre el asiento de la moto, justo en ese momento me sonó el
móvil, era Sara. Dude entre responderle o ignorar la llamada, pero
finalmente opté por lo primero.
—Hola, ¿qué paso?
—Nada, sólo te llamo para saber qué tal estás.
—Estoy bien, puedes estar tranquila.
—¿Estás en tu casa?
—Sí, no he salido en todo el día.
—Pues se oye como si estuvieses en la calle.
—Es que estoy fuera, en el patio y se escucha todo cuanto
pasan por la carretera.
—Comprendo. Ana, sólo quería decirte que, por favor, no va-
yas a esa cita, no es bueno para ti.
—Claro que no iré, no pienso hacer más la tonta.
—Me alegra que te hayas dado cuenta, no me gustaría que
vuelvas a pasar por lo que pasaste.
—No te preocupes, eso no volverá a ocurrir.
A sólo cien metros de Miguel y jurándole a mi mejor amiga
que no le vería. Aquella forma descarada de mentirle a quien sólo
deseaba mi bienestar me hacía sentirme miserable; pero el deseo de
volver a estar con Miguel me tenía obsesionada. No era yo, algo
mucho más poderoso se encontraba dentro de mí dominando mi
voluntad e impidiéndome actuar con la debida cordura. Resultaba
paradójico saber que aquello iba a ser sumamente perjudicial, y en
cambio tener la inquebrantable decisión de hacerlo.
Allí estaba, de pie ante el muchacho que me había llevado a la
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