Page 99 - Mucho antes de ser mujer
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José Manuel Bermúdez
mayor depresión que jamás había sufrido y, sin embargo, no sentía
hacia él ningún rencor; más bien todo lo contrario, mi mayor deseo
en aquel momento era oírle decir que me quería, nunca saliera de
sus labios tal declaración, ni siquiera había demostrado la más
mínima intención, pero mi mayor esperanza era llegar a escuchar
esas palabras.
—Hola —fue todo cuanto me atreví a decir.
Él me miraba fijamente, con un aire dominante, como si
quisiese hacerme ver con su actitud quién era el dueño de la situa-
ción.
—¿Por qué no viniste el otro día? —fue lo que me dijo a modo
de saludo.
—Cuando iba a salir llamaron del hospital para decirnos que
mi madre estaba muy mal, murió esa misma tarde, lo he pasado
muy mal.
—No sabía nada, lo siento; pero pudiste buscar la forma de
avisarme, estuve más de una hora esperándote.
Aquel cabrón ni siquiera se inmutó ante mi explicación, en
cambio allí estaba yo intentando hacerle comprender la razón de
mi ausencia. Ni yo misma comprendía qué hacía con aquel tipo,
por qué me había presentado a su cita, pero por mucho que preten-
día reaccionar de modo racional me resultaba imposible; me tenía
totalmente sometida. Tal era el influjo que ejercía sobre mí aquel
macarra que terminé disculpándome por no haber atendido a su
demanda, mi comportamiento resultaba realmente patético.
—He venido porque recibí tu nota, tú dirás qué es lo que
quieres.
—Hace mucho que no hablamos, desde que hiciste aquello.
Desde entonces me vengo preguntando por qué razón se te ocurrió
aquella estupidez.
—¿Para eso querías verme?
—Entre otras cosas. ¿Te han dicho tus tíos que fui yo quien
te encontró?
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