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José Manuel Bermúdez Siaba


             Entre los rectores de esos colegios, que siempre debían ser canónigos, se
          encontraron importantes personajes tales como:  Joaquín Auñón, en 1525, quien
          se titula en 1527 rector del colegio Fonseca; Lope Sánchez de Ulloa, en 1539;
          Simón Rodríguez, en 1548 y Pedro Maldonado de la Carrera en 1554. En el 1556
          aparecen ya los doctores de la universidad y del colegio, que eran don Rodrigo
          Rodríguez y don Simón Estévez.

                           Don Diego de Muros III

            Nacido en Muros alrededor del 1455, este canónico, ilustre hijo de la Villa,
          era sobrino de don Diego de Muros I, quien había sido obispo de Tui y Ciudad
          Rodrigo, y primo de don Diego de Muros II, obispo de Canarias. Su madre, Ca-
          talina Gómez, estuvo casada en segundas nupcias con Fernán Casquizo, padre
          político de don Diego, un escudero natural de la Villa de Cee, de donde también
          era su madre. Fueron sus abuelos, don Diego Rodríguez de Muros, juez de la
          Villa desde el 1418 hasta el 1423 y fundador del hospital de la Trinidad «Hos-
          pitalillo», y Teresa Sánchez de Moscoso, que pertenecía a la familia de los que
          habrían sido luego condes de Altamira. Se sabe que tuvo un hermano llamado
          Sancho Sánchez, fallecido en Cee antes de 1497.
              Siendo aun un niño se vio enormemente influenciado por su tío, el obispo de
          Tui, quien fue una figura decisiva en la carrera de Diego III. Su notoriedad social
          se empezó a forjar con tan sólo 19 años, cuando el 1 de agosto de 1474 fue nom-
          brado canónico compostelano. Fue, sin duda, ese el precio de la nueva alianza
          entre el obispo de Tui y el Arzobispo Fonseca, firmada el 10 de abril de ese año y
          retirada el 6 de abril del año siguiente, contra el conde de Caminha, pero pactada
          por Fonseca. Su Tío supondría para él un muy seguro apoyo para promocionarlo
          en la carrera eclesiástica. Diego pasó junto a él su juventud, y es muy probable
          que fuera él mismo quien lo nombró cura, Según parece, el padre biológico de
          Diego era hermano del obispo de Tui. A pesar de su arraigo a la villa muradana,
          no es seguro que hubiese vivido en esta, más bien se cree que habitó en Cee en
          su infancia, pues allí residían sus padres.
              Diego de Muros destacó notablemente en la parcela de la genialidad. Fue
          al mismo tiempo estudiante, maestro, profesor, escritor y mecenas. Uno de los
          momentos más importantes para Diego fue cuando abandonó Galicia rumbo a
          Salamanca, con la idea de meterse de lleno en el campo de la cultura y labrar-
          se su camino en el escenario político y religioso. Se especula con el año 1476,
          cuando tomó la decisión de emprender un nuevo rumbo con tan sólo 22 años.
              Se encontraba el joven Diego en su jubilación académica en Salamanca
          cuando su tío fue hecho preso por los portugueses. Allí pudo digerir las amargas


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