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Muros. Historia viva
experiencias que él mismo reviviría después como obispo de Oviedo.
Finalizada su estancia en Salamanca, en febrero de 1484, había, además de
lo aprendido en sus estudios, pasado por una serie de vicisitudes que forjaron su
personalidad y aportaron a sus conocimientos el saber de sus vivencias y de la
experiencia. Estando en la ciudad del Tormes vivió en los años 1477 a 1479 el
proceso de Pedro de Osma, que había tenido gran resonancia nacional y repercu-
sión en toda la cristiandad. En 1479 se vio afectado por la peste, lo que le obligó
a parar y a presenciar el pavoroso espectáculo de la muerte y del sufrimiento.
Fue testigo privilegiado de la visita de los Reyes y de la reforma de la universi-
dad proclamada por los Reyes Católicos en 1480. A estos acontecimientos se le
sumaron otros más externos, pero no menos importantes, tales como la guerra de
sucesión, las conquistas andaluzas o la guerra civil en Galicia, acontecimientos,
todos ellos, en los que se vio implicada su familia, especialmente su tío y su
primo.
El 14 de febrero
de 1484 fue decisivo
en su vida. El carde-
nal Mendoza bus-
caba estudiantes sal-
mantinos para echar
a andar su colegio de
Santa Cruz, en Va-
lladolid. Debido a su
capacidad para dirigir
el grupo y desempe-
ñar funciones directi-
vas en el colegio, fue
nombrado consejero,
desde su ingreso has-
ta terminar sus estu-
dios. Retrato de don Diego de Muros III
Ejerció, probablemente, la docencia en teología, y terminó su preparación
académica licenciándose en esa misma rama. Ostentó los títulos de doctor en re-
ligión y notario apostólico. Nunca fue enclaustrado catedrático. Ocupó el puesto
de secretario de Mendoza desde 1488, y debido a este compromiso llevó a cabo
innumerables viajes; algunos de los cuales, seguramente, fueron responsables de
su aparición en la corte. Desempeñó variadas y abundantes actividades en su ca-
rrera. Fue Canónico de Compostela (1.974), deán de Santiago (¿1.488-1.494?),
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