Page 33 - LECTOOOOO
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Pero no siempre tiene que ser así. Vale la pena considerar los
puntos siguientes:
- Hay que escoger minuciosamente el contenido de los cuestionarios, según los
objetivos didácticos. Así, se puede pedir la tesis del texto, las ideas principales, los
detalles, la estructura, el sentido de una expresión de un ironía, de una palabra, etc.
Si el cuestionario ataca selectivamente alguno de estos aspectos, el ejercicio de
convierte en una ayuda a la comprensión. Por el contrario, las preguntas anárquicas
o planteadas al azar pierden utilidad y caen
en los tópicos descritos anteriormente.
- ¡Ojo con la formulación delas preguntas!
Que no pase lo del principio de este capítulo,
y se puedan responder sin haber
comprendido nada. Hay que fijarse en la
redacción: usar sinónimos y circumloquios de
las palabras del texto, hacer preguntas
abiertas y personales, que no dependan de
una frase del texto, sino de la comprensión
global, etc.
- Contra lo que s habitual, es muy interesante que los alumnos conozcan las
preguntas antes de empezar a leer e incluso que intenten responderlas, aunque sea
con errores. De esta manera, el cuestionario se convierte en una guía de lectura,
que dirige la comprensión del alumno, que activa sus conocimientos previos sobre
el tema, que le indica en que puntos debe fijarse, y que le anima a formular hipótesis
del significado que después verificará.
- Por todo esto, lo importante de las preguntas no es que los alumnos las contesten
correctamente, sino que mejoren la comprensión del texto leído y, por lo tanto, es
normal e incluso bueno que se equivoquen y tengan que autocorregirse.
Al margen del tipo de preguntas y del texto, una técnica bastante habitual es la que
llamamos de forma
simplificado test/texto/test y que funciona así:
1.- Ejercicios de anticipación.
2.- Los alumnos leen las preguntas de comprensión, el test, y las contestan
obligatoriamente.
3.- Lectura silenciosa e individual del texto.
4.- Verificación de las respuestas del test.
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