Page 32 - Un Libro de Porqueria
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Sinceramente yo estaba siempre atento al error humano, no te de-
    jaba pasar ni una.
      Pero siempre con una cuota de cariño como cuando pasaba al fren-
    te Busso y le gritaba “SOREEE!!!” y el resto respondía “TITOOO”.

      Y él sonreía, casi como entregado. (Cuando termine la cuarentena
    te voy a invitar a comer unos “Riñoncitos Saltados”).
















































                     Ah, no le dije?. Fue trasplantado de los riñones
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