Page 35 - Un Libro de Porqueria
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18. LA MAMADERA
Comenzaba el segundo año y el campamento lo haríamos en el
parque Pereyra. En la estancia SAN JUAN
Ya estábamos mejor organizados, se habían repartido las tareas, el
Pulga puso una camioneta para trasladar las ollas, la comida y demás
menesteres.
Había personal encargado de la cocina y se habían hecho retretes y
hasta duchas para ambos sexos. Se habían repartido las carpas y los
sectores. (Hombres y mujeres por separado).
Estaba todo preparado para una gran jornada.
Y lo fue, inolvidable, estaba la promoción entera.
Y yo, preparado más que nunca.
Lleve: manzanas, bananas, naranjas, duraznos, 1 kg de azúcar, 1
damajuana de vino para hacer clericó, 10 chorizos, 2 kl de pan, pava,
mate, yerba.
No faltaba nada, estaba todo bajo control, nada podía fallar.
Pero intervino Tu Sam (puede fallar).
Ya de movida nomas, nos quedamos sin almuerzo porque a los en-
cargados de cocinar, se les quemo el arroz.
Muertos de hambre, el Pulga Miceli, el Negro Avalos y el Chiqui
Pocai me afanaron las frutas y se las comieron todas.
Pasamos todo el día tomando mate con pan. Y los chorizos los
comimos a la noche, quemándonos los dedos.
Pero estaba por venir lo mejor.
Nosotros, hacíamos incursiones nocturnas para espiar y asustar a
las chicas, en una de esas pudimos ver la ducha iluminada por un sol
de noche del lado de adentro, así, la figura “Pulposa” de Laura