Page 131 - selim
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orgulloso!  A  través  de  la  fina  madera,  oía  el
            zumbido de sus abejas.


            Esta  vez  estaba  bien  despierto  cuando  Selim
           volvió a  casa.  ¡Qué  alegría  se  llevó  cuando  le
            contó  la  historia!  Selim  quiso  ir a  la finca don-
            de  estaba  instalada  la colmena  azul junto a  las
            otras.  Después,  los dos chicos fueron   hasta  el
            escondite  de  la  gallina  roja.  Se  arrastraron  por
            debajo de la carreta volcada y fueron    recibidos
            con  un  «clo-clo-clooo»  muy poco acogedor.

           —¿Tú    crees   que  ya  habrán  salido  los  pollos
            del cascarón? -preguntó Selim.


           —Yo    creo  que   no,  porque   no  se  oye  nada
            -dijo Zuffu-.  ¿No  te  has  dado  cuenta  de  que
            los  pollitos  son  de  lo  más  ruidoso?  Siempre
            hay alguno que está    haciendo   «pío-pío-pío».

            —¡Ay!   -suspiró  Selim-.   Sólo  nos  faltaría  te-
            ner  noticias  de  Aixa;  entonces  no  podríamos
            desear  nada más.


            —Noticias de Aixa y de    Yazi -le  recordó Zuffu.

            —Pero   ¿cómo?    ¡Si  Yazi ya  ha aparecido! -ex-
            clamó  Selim-.   ¿Es  que  no  has  leído  la  carta
            de  mi  padre?  Si  la  dejé  a  tu  lado,  el  otro  día
            por la mañana...


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