Page 127 - selim
P. 127

—¿Y las demás? -preguntó Zuffu.

          —Peor    para  ellas  -dijo  el  campesino-.  Algu-
           nas seguramente     morirán y otras  encontrarán
           la colmena   donde están   sus compañeras.     Te-
           nemos   suerte  porque   hemos   pillado  a  la  rei-
           na; si  nos  hubiéramos  llevado el enjambre sin
           ella,  todas  las  abejas  se  nos  habrían  muerto
           muy pronto.


          —¿Y por qué     pasa  eso? -preguntó Zuffu.

          —Se    trata  de  algo  muy  misterioso -le  explicó
           el hombre-   pero así es.  La reina, como sabrás,
           es  la  que  pone  los  huevos,  de donde salen  las
           larvas  de  las  futuras  abejas.  Sin  reina  no  hay
           larvas, y entonces  ¿qué  harían  las abejas nodri-
          zas,  que  son  las  encargadas  de alimentar a  las
           crías?  ¿Para  qué  servirían  las  abejas  soldados,
          que tienen la misión de defender a     las más dé-
           biles?  ¿Para  qué trabajarían  las  abejas obreras,
          que son las que fabrican la miel?

           —Ya   comprendo -dijo Zuffu-      Pero  ¿está  us-
          ted seguro de haber cogido a la     reina?

           —Uno    no  puede  equivocarse;   la  reina  es  mu-
           chísimo   más   grande   que  las  demás.    Mira,
           echa  un  vistazo,  pero  muy  rápido,  porque  las
           abejas se van a despertar enseguida y se pon-
           drán furiosas por haberlas cambiado de sitio.



                                                         133
   122   123   124   125   126   127   128   129   130   131   132