Page 175 - UNIVERSIDAD AUTONOMA DE ICA
P. 175
Docente: Nathia Erika Castro Vilcapuma
Cuando la señora Dina se acercó a ver lo que contenía la maletera, se
asombró mucho cuando vio la cantidad de cosas que le habían dado los vecinos,
se le lleno los ojos de lágrimas y se acordó cuando recién había llegado a ese
barrio y todos la recibieron muy bien, eran unos buenos vecinos que la querían y
respetaban mucho, se acordó que cuando falleció su amado, los vecinos fueron
muy amables con ella en ese momento tan difícil por el que ella pasaba,
compartieron su dolor, ayudaron a que no se sintiera sola, siempre el respeto que
le muestran cuando la ven en la calle. Se sentía muy feliz con todo que le
agradeció a mi mamá, a mi papá y a mí quería darnos un abrazo, pero se acordó
que teníamos que guardar distancia, me miró con ojos sonrientes y me dijo que
estaba muy agradecida conmigo.
Luego del agradecimiento que nos dio, la ayudamos a poner las cosas
dentro de su casa, cuando ya nos despedíamos para irnos a casa, la señora Dina
me dijo, que, si por favor me podía quedar a ayudarla a colocar los víveres en su
lugar, mis padres me dijeron que era buena idea y me quedé con ella. Mientras
colocaba los paquetes de fideos en la alacena y ella guardaba las verduras en el
congelador y como no había tema de conversación le pregunté.
Fiorella: Señora Dina, una pregunta ¿Cómo fue que llegó a Lima? Ella
respondió: - Claro mi niña te cuento mientras descansamos.
Me sirvió un vaso de leche y unas galletitas que estaban deliciosas y ella se
recostó en su mecedora ya que estaba un poco agotada y empezó…
Señora dina:
Te voy a contar mi historia de cómo fue que vine de Ancash a vivir a Lima
llevaba casada 10 años con mi amado esposo Teodoro, y tenía mis hijitos: el
mayor de 10 años llamado Manuel, el mediano de 6 años Josué y el más
pequeñito de 3 añitos Jarol.
Mi familia era muy hermosa, sólida y confortable, vivíamos en Ancash,
pero un día decidimos migrar de nuestro pueblo con toda mi familia hacia la
capital, teniendo en cuenta que no contábamos con ninguna propiedad y ningún
142