Page 155 - El toque de Midas
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activos que construyó. Sin embargo, también posee otros. Su programa de televisión El
aprendiz es un activo. Asimismo, este libro es un activo que él y Robert comparten. Donald
tiene muchos otros activos, no solamente bienes raíces.
Los negocios de Robert construyen activos como juegos, seminarios y libros que se venden en
todo el mundo. Los bienes raíces de Robert y sus negocios petroleros le generan dinero
mensualmente, aunque él no trabaje. Por medio de su negocio de inversión, Robert adquiere
complejos departamentales, oro, plata, minas de cobre, campos de golf y pozos petroleros.
Todos ellos son activos.
La mayoría de los empresarios del cuadrante A trabajan para obtener dinero; por eso, lo que
poseen es un empleo, no un negocio. En casi todos los casos, si estos empresarios dejan de
trabajar, el dinero deja de fluir. Si tú estás comprometido con la construcción de un negocio en
los cuadrantes D e I, debes crear o adquirir activos. Los activos son lo que separan a los
empresarios del cuadrante A, de los del cuadrante D.
Obligación #4: No le pidas peras al olmo
En casi todos los negocios, se pone a la persona correcta en el puesto equivocado o, aún peor, a
la persona equivocada, en cualquier puesto de la empresa. En la Era Industrial la gente no era
de gran relevancia para una compañía. Lo único que tenía que hacer el empresario era construir
una fábrica con una línea de ensamblaje, contratar trabajadores y entrenarlos para darle vuelta a
las tuercas, colocar llantas y mantener la línea de ensamblaje funcionando. Dicho de otra forma,
lo que determinaba la tasa de producción era la línea, no la gente. En la Era de la Información
las cosas son muy distintas. Ahora la gente importa. La clave para el éxito no es la velocidad de
las líneas de ensamblaje, sino la velocidad y la alta calidad con que el pensamiento humano
trabaja para alcanzar un objetivo común.
En la Era Industrial, bastaba con que cayera algo de tierra en los engranajes de una máquina
para que se detuviera por completo la línea de ensamblaje. En la Era de la Información, si llega
a caerle algo de tierra al pensamiento y a la interacción humanos, toda la productividad de una
compañía puede llegar a detenerse. Un problema emocional en un negocio equivaldría a tirarle
tierra a los engranajes de la productividad.
Es muy sencillo molestar a la gente, particularmente en el ámbito de los negocios. Si tienes dos
personas en una compañía que van a cien millas por hora, tres personas irán a 20 millas por
hora, y una que mentalmente es como si estuviera comiendo fuera de la oficina, te aseguro que
habrá problemas. Si alguien quiere actuar en un proyecto, pero los demás desean hacer
investigación y discutir más, también habrá dificultades. Estos descalabros hacen que el negocio
sea más lento porque, en lugar de moverse a la velocidad del pensamiento, lo hacen a la
velocidad que se dan las culpas y las discusiones. Algo así podría terminar destruyendo al
negocio por completo, e incluso tu toque de Midas.
Los humanos no somos máquinas y, por lo tanto, trabajamos a distintas velocidades. No es
posible oprimir a un ser humano como haces con el pedal de una máquina. En la mayoría de los