Page 65 - El toque de Midas
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Comunicaciones
Los empresarios deben ser muy buenos comunicadores y hablar varios idiomas. Pero cuidado,
no me refiero necesariamente a hablar francés, español, alemán o mandarín; estoy hablando de
los lenguajes de los negocios. Los empresarios deben conocer el lenguaje legal. También los de
contabilidad, bienes raíces, mercadeo, Internet y demás disciplinas que manejan en sus
compañías. Asimismo, deben entender y hablar el lenguaje de sus clientes, porque sólo de esa
manera podrán entablar conversaciones provechosas y tomar decisiones sólidas.
¿Alguna vez has trabajado para una compañía cuyo líder estaba completamente “perdido” y no
tenía ni idea de qué estaban haciendo? Pues ése es un ejemplo de líder que no se tomó el tiempo
necesario para aprender a hablar el lenguaje de tu especialidad, y eso es un gran error en los
negocios.
Familiarizarse con los distintos lenguajes de los negocios es un proceso igual al de aprender
otro idioma. Toma tiempo y práctica; y, de la misma forma en que, para aprender otro idioma, lo
mejor es viajar al extranjero e imbuirte en la cultura respectiva, para aprender los lenguajes de
negocios también es necesario practicar. Sólo lánzate y comienza a experimentar, a escuchar y a
hablarlo. Como líderes que son, los empresarios tienen que motivar a su equipo a promover la
comunicación y el entendimiento, dentro y fuera del negocio.
Flujo de dinero o de efectivo
Con mucha frecuencia a este elemento se le denomina “la base” y, precisamente por eso, está en
la base del triángulo. El flujo de dinero o de efectivo es similar a la corriente sanguínea en un
cuerpo, o al flujo de combustible de un auto. Sin dinero, sangre o combustible fluyendo,
negocio, cuerpo y auto, dejan de funcionar. Asimismo, un cuerpo puede tener una hemorragia, el
auto una fuga, y el negocio también corre riesgo de sufrir pérdidas. Como si el empresario no
tuviera suficiente trabajo siendo líder, también tiene la obligación de asegurarse de que el
efectivo fluya a través de los ocho elementos integrales (se le conoce como gasto) y que, de
todas formas, la compañía siga siendo rentable.
Para este momento ya habrás comprendido que, con todas estas actividades de alto nivel, los
empresarios con el toque de Midas que quieren hacer crecer a sus compañías, no pueden darse
el lujo de quedarse empantanados en alguno de los cinco elementos integrales mencionados. A
pesar de que tal vez se sientan mejor trabajando en el área de su especialidad, deben actuar
como líderes y esforzarse para que los especialistas de las cinco áreas trabajen en equipo. Hay
muchas personas con bastante preparación que, a pesar de todo, se niegan a reconocer lo
anterior y, por lo tanto, fallan en la actividad empresarial o nunca alcanzan su verdadero
potencial. Estas personas no están capacitadas para hablar los ocho lenguajes, creen que su área
es la más importante, y no comprenden que las ocho áreas deben trabajar en equipo porque son
esenciales para el crecimiento y la rentabilidad de cualquier negocio.
En caso de preguntarte por qué se llaman los “ocho elementos integrales”, y no las “ocho
áreas”, las “ocho especialidades” y algo más, aquí la respuesta: porque la palabra “integración”