Page 60 - El toque de Midas
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escuela respecto a “obtener un buen empleo”, no resulta difícil darse cuenta por qué no les pasa por
  la  mente  la  noción  de  hacer  un  negocio  o  convertirse  en  inversionistas.  Estas  personas  están
  demasiado ocupadas viviendo y trabajando en los cuadrantes E y A para siquiera concebir que D e I

  existen. Se pierden una noción más completa. Si esta descripción te queda, entonces debes sentirte
  afortunado porque, aunque eres como la mayoría de las personas, al menos, ahora tendrás una visión
  más amplia.


  Cómo aplica lo anterior a los empresarios

  Lo que hemos tratado de transmitir con nuestra experiencia es que los empresarios con el toque de

  Midas son generalistas que encuentran y contratan a los mejores especialistas para que realicen un
  trabajo. Como generalistas, les ayudan, tanto a los especialistas como al negocio, a hacer que todos
  prosperen.
        El Triángulo D-I ilustra los ocho elementos integrales de un negocio. Los empresarios con el

  toque de Midas, es decir, los generalistas, deben trabajar en la construcción del perímetro de este
  triángulo y contratar especialistas para que trabajen dentro del triángulo.
        Estamos hablando de la persona que, por ejemplo, tiene una receta maravillosa para preparar
  galletas  con  chispas  de  chocolate. A  todos  les  encantan  y,  como  quieren  comprarlas,  la  cocinera

  decide iniciar su negocio. Ella las hornea muy bien, pero no está preparada para hacerse cargo de la
  contabilidad,  las  ventas,  el marketing y  los  asuntos  legales —todos  elementos  importantes  de  un
  negocio—  y,  por  lo  tanto,  deja  de  disfrutar  su  trabajo.  Lo  único  que  quiere  es  seguir  horneando
  galletas pero, de pronto, ya no es sólo una cocinera. Se tiene que convertir en contadora, abogada y

  distribuidora, además de hacer otras cosas que, por cierto, no le salen muy bien. Sucede lo mismo
  con una contadora que abre un despacho y descubre que también debe ser publicista y representante
  de ventas. O al abogado que se enfoca demasiado en los aspectos legales del negocio y, por eso,
  limita  el  crecimiento  del  bufete  mismo.  Creo  que  ya  me  entiendes.  Independientemente  de  lo

  inteligente que seas o de lo bien que te haya ido en la escuela, es casi imposible “hacer todo bien” y,
  por eso, los negocios fracasan.
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