Page 150 - Donde termina el arco iris
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CECELIA AHERN                                                             Donde termina el Arco Iris
                       trabando amistad.
               ROSIE: Ya lo sé. Tengo que morderme la lengua para no decirle a Katie que su padre es
                       cualquier cosa menos un héroe cada vez que la pobrecilla me cuenta algunas
                       de las cosas que él ha hecho en la vida.
               RUBY: ¿Cómo reaccionó delante de ella?
               ROSIE: Estaba aún más nervioso que Katie, así que me tocó a mí  llevar las riendas de la
                       conversación. Y ¿sabes qué? Ser la más fuerte de los tres me ayudó a ver claro
                       que la decisión que tomé de no mudarnos a Boston fue la más acertada. Katie
                       me necesitaba. Ambos me necesitaban. Él parecía realmente interesado por mi
                       vida y la de Katie. Quiso saberlo todo sobre ella y lo pasé bastante bien
                       contándole nuestras andanzas a lo largo de todos estos años. Al principio no
                       pude evitar hablarle de nuestras vivencias con aire enojado porque él no había
                       estado presente en ninguna de ellas, pero luego me di cuenta de que estaba
                       alardeando y eso extrañamente me animó, y me hizo caer en la cuenta de lo
                       afortunada que he sido, aunque a menudo me queje de las responsabilidades
                       de la maternidad. También me ayudó a ver lo «especial» que es nuestra
                       situación: Katie y yo somos las únicas que compartimos todos esos recuerdos.
                       Y lo que decidimos hacer saber a los demás depende sólo de nosotras. Aunque
                       Brian   fastidie   todos   los   demás   aspectos   de   mi   vida,   al   menos   habrá
                       contribuido sin querer a que me haya dado cuenta de eso.
                       No obstante, por desgracia, no es precisamente el mejor momento de mi vida
                       para   que   reaparezca   un   ex.   En   estas   situaciones   lo   deseable   es   haber
                       progresado mucho durante el tiempo en que no se ha visto al otro, ser feliz y
                       haber tenido éxito en la vida para poder decir: «Mira lo que he hecho mientras
                       tú  no estabas». Un matrimonio fracasado, estar sin trabajo y vivir con mis
                       padres no me sirvió para conseguir el efecto deseado.
               RUBY:  Nada   de   eso   es   importante,   Rosie.   Deberías   alegrarte   de   que   Brian   haya
                       madurado un poco. ¿Cuánto tiempo estará por aquí?
               ROSIE: Unas pocas semanas y luego tendrá que regresar a Ibiza una temporada. Los
                       meses de verano son los que le dan más trabajo, lógicamente. Vendrá algunas
                       veces a visitar a Katie, por descontado, y luego contratará a alguien para que
                       se encargue de la discoteca y así poder pasar el invierno en Dublín. Lo cierto
                       es que parece tomarse esto muy en serio y me alegro por Katie. No puede
                       decirse que tener a Brian pululando por aquí me parezca maravilloso, pero si
                       la hace sonreír, merece la pena.
               RUBY: ¿Has tenido suerte buscando trabajo?
               ROSIE:  Bueno, acababa de encender el ordenador para ver qué había en internet
                       cuando me has mandado tu mensaje.
               RUBY: Vaya. Pues nada, me voy y dejo que seas la madre responsable que tienes que
                       ser. Por cierto, Gary vendrá a clases de salsa conmigo. Miss Behave bebió unas
                       cuantas sangrías de más en la fiesta de verano de la semana pasada y se torció
                       el tobillo con sus plataformas de cuarenta centímetros. ¡Lo único que oímos
                       fue un tremendo CRACK! Me di la vuelta y la vi tumbada de espaldas con
                       una carrera en las mallas y la peluca a su lado, en el suelo.
               ROSIE: Dios mío. ¿Tuvisteis que llevarla a urgencias?
               RUBY:  Qué va, sólo se le rompió el tacón del zapato y, puesto que son sus únicos
                       «zapatos de baile», se niega a venir a clase hasta que los haya sustituido por
                       otros. Desgraciadamente sólo se consiguen en una tienda de Nueva York, de
                       modo que tiene que esperar a que se los pidan y se los manden.  Total, que
                       estoy sin pareja y no te voy a preguntar si quieres serlo tú porque ya sé que
                       me dirás que no.







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