Page 283 - El cazador de sueños
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no se acumulen los vapores. Dentro hay dos bujías Champion como dos bichos en
formol.
Brodsky dice en voz alta:
—Sécalas bien.
Y cuando Cambry le pregunta:
—¿Que seque qué?
Brodsky, ausente, le dice que no hable.
Jonesy saca las bujías de la gasolina, las seca, se sienta y las conecta, siguiendo
instrucciones de Brodsky.
«Ahora a ver si van —dice Brodsky, pero sin mover los labios. La motonieve
hace ruido de arrancar—. Comprueba que haya gasolina.»
Jonesy lo hace y le da las gracias. —No, hombre, no hay de qué —dice Brodsky.
Vuelve a dar zancadas, y tan deprisa que Cambry casi tiene que correr para no
quedarse rezagado. Al mismo tiempo, se percata de la cara de sorpresa de Brodksy al
darse cuenta de que tiene los auriculares en el cuello.
—¿Qué coño te ha pasado? —pregunta Cambry.
—Nada —dice Brodsky.
Algo, sin embargo, le ha pasado. ¡Coño que no! Hablaba con alguien. ¿Una…
consulta? Sí, eso. Lo que ocurre es que no se acuerda bien del tema. De lo que se
acuerda es de las instrucciones que han recibido por la mañana, antes de amanecer.
Una de ellas, directa de Kurtz, consistía en informar de cualquier cosa rara que
ocurriese. ¿Lo que acaba de ocurrir era raro? ¿Qué ha sido, exactamente?
—Debo de haber tenido un calambre cerebral —dice Brodsky—. Con tanto que
hacer, y en tan poco tiempo… Venga, sígueme.
Cambry le sigue, y Brodsky reanuda su conversación dividida (por un lado el
convoy, por el otro Cambry), pero se acuerda de algo más, de otra conversación (la
número tres) que ya ha terminado. ¿Es raro o no? Concluye que probablemente no lo
sea. Lo que está claro es que al cabrón incompetente de Perlmutter no podría
contárselo, porque para él lo que no esté apuntado en la tablilla no existe. ¿Y a Kurtz?
Jamás. Brodsky le tiene aún más miedo que respeto. Como todos. Kurtz es listo, y es
valiente, pero también es el mono más chalado de la selva. Por donde ha pasado la
sombra de Kurtz, Brodsky prefiere no poner ni el pie. ¿Underhill? ¿Podría contárselo
a Owen Underhill? Quizá… y quizá no. Tal como están las cosas, ni te enteras y ya la
has cagado. Durante uno o dos minutos ha oído voces (de hecho sólo una), pero ahora
se encuentra bien.
En Hole in the Wall, Jonesy sale a todo trapo del cobertizo y se mete por Deep
Cut Road. Al pasar cerca de Henry nota su presencia (está escondido detrás de un
árbol, y para no gritar hasta muerde la corteza), pero consigue esconder lo que sabe a
la nube que circunda su último núcleo de conciencia. Casi seguro que es la última vez
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