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240 La introducción de La Segunda Venida de criSto a Su igLeSia
dijo: “Ahora, esto es el principio de tu nuevo ministerio. Ahora, pide lo que quieras, y se te
dará”.
Me quedé allí. Yo–yo no quiero ser un fanático, yo–Dios sabe que quiero ser cuerdo, y
justo, y honesto, y fiel y verdadero. Bueno, ahora tengo 50 años, no puede pasar mucho más
tiempo para que me encuentre con Él. Y quiero ser–saber que todo está perfectamente bien
antes de dejar este mundo. Y pensé: “No quiero estar en un extremo profundo de algo”. Pensé:
“Tal vez yo…”. Ahora, me mordía el dedo; decía: “No estoy dormido, no estoy soñando esto,
así que algo está mal”. Y estaba realmente entumecido como por toda mi cara y todo. Pensé:
“Tal vez lo estudié tanto hasta que me metí en un lugar que no puedo librarme de eso”. Y
pensé que usualmente, cuando la unción viene profundamente, una visión le sigue. Yo pensé:
“Bueno, yo sólo–yo sólo esperaré aquí un minuto”.
38 Y yo… empecé a mover mis manos así y a caminar, y Algo dijo: “Di lo que quieras, y se
te dará”.
Yo esperé y escuché; yo pensé: “Era eso… ¿Dónde estás, Señor?”.
Y lo oí de nuevo: “Pide lo que quieras y se te dará. Te estoy confirmando las cosas que
haré”.
Y dije: “Pero ¿qué debo…?”. Pensé: “¿Con quién estoy hablando?”. Me sentí como si
hubiera perdido la cabeza. Pensé: “¿Con quién estoy hablando? No veo a una persona. ¿Dónde
está esa Luz? Por lo general, es Aquel con el que hablo. Aquí no hay Luz. ¿Quién eres Tú?
¿Dónde–qué quieres?”.
Pensé que Algo decía: “Pide lo que quieras”. Así es. Estaba pensando en esa Escritura:
Marcos 11:23: “Pide lo que quieras”. Pensé: “Bueno, ¿qué voy a pedir? No hay enfermos aquí,
¿qué podría hacer?”. Pensé: “No hay nada afuera, ¿acaso estoy fuera de mí?”. Dije: “¿Qué
pediría?”.
Y algo, así como se oye mi voz diciendo: “¿No estás cazando? ¿Y no tienes caza?”.
Dije: “Así es”. Pensé: “Es esto… Señor”. Dije: “Si estoy–si estoy haciendo algo malo,
perdóname”. Ahora, ¿no es eso horrible? Si estás haciendo algo malo. Dije: “Señor, si estoy
haciendo algo mal, perdóname”. ¿Pero eres Tú? ¿Esta es la Escritura que Tú estás tratando de
hacerme entender? ¿Es este el otro paso al que estamos llegando? Tú me has dado una visión
y has dicho que será confirmada en un pequeño edificio en algún lugar, en una reunión cuando
la Carpa comience”. Yo dije: “¿Es esto a lo que nos está llevando? Si es así, Señor, entonces te
tomaré por Tu Palabra”.
39 Miré alrededor y pensé: “Encontraré algo imposible”. Y encontré ese viejo matorral de
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algarrobas; dije… Suelo ajustar mi mira a 50 yardas . Yo… El Señor… No soy un tirador,
pero yo… si mi arma no clava una tachuela a 50 yardas, está descartada. Entonces, yo… yo le
disparo a las ardillas, nunca le disparo a una de espaldas, o con la cabeza volteada; tengo que
verlo bien y dispararle en el ojo con un rifle calibre 22. Ahora, si no lo hace, la dejo ir. Así que
entonces…
Y dije: “Hay 50 yardas”. (Más o menos la distancia a través de este edificio). Dije: “Y allí
vendrá una ardilla roja joven, y se pondrá en esa vieja rama desnuda de allá, y le dispararé
desde aquí mismo”. Y ahí viene la ardilla. Giré el arma, apunté hacia arriba; a través de la
pequeña mira telescópica vi su ojo, le disparé, y cayó. Me acerqué a mirarla; y pensé: “Está
sangrando; una visión no sangra”. Y la miré, recogí la ardilla, la palpé; era una ardilla de
2 50 yardas = 150 pies = 45.72 metros