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signos vitales arrojó como resultado que no estaban dentro de los rangos   enfocado en proceder de manera humanitaria, integral, dejando de lado
 normales, entonces una mezcla de miedo y angustia recorrió mi cuerpo   estigmas sociales y paradigmas.
 mientras pensaba en las opciones para mantenerlo a salvo, debido a que   Después de tres días me reencontré con el hijo, entonces obviamente
 el subcentro no contaba con todos los insumos necesarios para este tipo   le  pregunté  por la  salud de su progenitor. Manifestó que estaba  muy
 de percance, y además el hospital más cercano estaba a una hora de ca-  grave, motivo por el que fue trasladado a otro hospital donde tienen res-
 mino, sabiendo que cada minuto era de vital importancia.   piradores artificiales. Le di palabras de aliento y seguimos el rumbo cada
 Llevé tensiómetro, estetoscopio y oxímetro de pulso como armas para   uno. Durante toda la noche, posterior al encuentro, no dejé de pensar
 la batalla. Cumplieron su función, por lo que corrí de regreso al subcentro   en dicha situación, sin pegar los ojos para dormir; sentí algo extraño e
 para completar el arsenal, con suero, equipo de venoclisis, oxígeno, entre   inexplicable en el devenir de la madrugada. En la mañana lo busqué, y al
 otros, y de vuelta a la acción. Llegué y lo primero que hice fue colocarle   entablar la charla, llorando, me comentó que su padre falleció esa madru-
 una vía para transmisión de líquidos y una mascarilla para el oxígeno   gada; intenté, en lo duro del momento, decir palabras que lo reconforten,
 complementario, pero la descompensación seguía en proceso. Se me iba   pese a que era complicado que él las entienda, consumido y agobiado por
 de las manos, entonces busqué refuerzos al llamar a la ambulancia; sin   el dolor, más porque su vida se basaba en la relación padre-hijo, pese a
 embargo, la respuesta paramédica fue que no me podían ayudar al estar   que el trato que recibió durante su vida, no fue el mejor.
 lejos del lugar y que salga del pueblo por mis propios medios.
                  No supe nada más de todos ellos hasta varios meses después; casual-
 Sentía  mucha impotencia  y la búsqueda de transporte  era obliga-  mente el encuentro volvió a ser con él, quien además me pidió consejo
 toria. Una señora al ver al paciente en ese estado, y sin poder trasladarlo,   para dejar de lado el estilo de vida que llevaba. Se lo di lo mejor posible y
 ofreció su colaboración y así partimos, junto a familiares del paciente,   nos despedimos; el tiempo siguió su curso, y la vida también. En lo pos-
 hacia el hospital. Durante el trayecto el monitoreo fue constante; no obs-  terior, me contactó por medio de una red social para decirme que viajó a
 tante, surgió una nueva complicación dado que el oxígeno del tanque se   los Estados Unidos con el fin de dejar las drogas para siempre, amparado
 terminó, lo que derivó en que la saturación de este disminuía en aquel   en mi consejo. Ayudé a transformar la vida de alguien, más allá de la
 hombre. Cómo sería mi expresión facial que un familiar me preguntó:   profesión, pero basado en ella.
 “¿Pasa algo  Doctor?, ¿Cómo está  mi padre?” Silencio  de  unos se-  Durante el tiempo que estuve allá,  viví momentos inexplicables,
 gundos, con la saturación en 80, la misma que bajaba paulatinamente   tristes,  grises, opacos,  alegres, conmovedores,  eufóricos  y llenos  de
 segundo a segundo, entonces contesté: “Está bien, pero si no llegamos   amor; de todo un poco, y bien podría plasmarlas en otras publicaciones.
 pronto su padre puede morir aquí”.
               Aquel lugar, siempre estará en mi corazón y en mi memoria.
 Ver su rostro llenarse de lágrimas, me transportó a varias emociones,
 tristeza, desasosiego, etc., ante lo que en interno me cuestionó si esto es
 efectivamente estar a cargo de una vida, ser responsable de la misma, y
 en ojos de los familiares su momentánea y única esperanza. Llegamos
 al hospital, ingresé con el hombre, lo estabilizaron, se hicieron cargo y
 quedó internado. Durante el viaje de retorno, uno de sus hijos me contó
 sobre su padre, estilo de vida, con datos tan complicados como desgarra-
 dores; era una familia desorganizada y muy pobre. Además, mencionó
 que él es uno de los más conocidos del lugar dada su relación con la
 comercialización, distribución y consumo de drogas.
 Al llegar al pueblo reflexioné sobre toda la conversación, así como
 sobre otras situaciones del entorno cotidiano que pasan inadvertidas ante
 la mirada propia y de otras personas. En algunos pueblos la gente se ve
 obligada a cambiar su comportamiento, forma de vida, principios inclu-  Autor: Md. Jorge Marcelo Guamán Loja
 sive, con el fin de subsistir, lo que los lleva a involucrarse en negocios
 complicados, mundos oscuros y riesgosos, y varios fuera de la ley. Y
 dentro de ese contexto, el médico rural, expuesto al peligro también, está
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