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cidad para el procedimiento, y haber realizado asepsia y antisepsia, me complejidad. A pesar de que pediatría era considerada como el servicio
pareció muy divertido el momento que eligió el paciente para recobrar fácil, la sentí muy pesada por realizar el triple del trabajo que cualquiera
la conciencia y orinar con fuerza y gran precisión sobre mis brazos, su- de mis otros compañeros, eso sumado a jornadas en el hospital que po-
pongo que la vida tiene un extraño sentido del humor. dían extenderse hasta 36 horas consecutivas por la docencia.
Esos sucesos, entre otros que no comentaré, convirtieron la inaugura- Una de las guardias nocturnas más memorables, fue cuando en medio
ción de mi internado en las 24 horas más estresantes de mi vida hasta el del estrés y el apuro, fui llamado a la emergencia por medio del teléfono
momento, pero serían el inicio de lo que me tocaría vivir los siguientes y del chat grupal del hospital. Bajé tan pronto como pude, pero no en-
364 días. Jornada tras jornada, eran interminables los eventos que suce- contré un paciente para mí, sino que el médico tratante de emergencias
dían en mi presencia, suicidios, accidentes fatales, pacientes que una vez pediátricas quería que vaya a la tienda a comprarle una galleta, a las 10 de
dados el alta se tropezaban al salir y regresaban a la emergencia heridos, la noche. Fue una mezcla de risa y enojo lo que tuve y sin dar respuesta
y circunstancias enormemente improbables que solamente podrían ser alguna, subí a piso para continuar haciendo mi trabajo.
explicadas como desafortunadas coincidencias. No tardó mucho tiempo Mi fama como el interno de la mala suerte comenzaba a ser conocida
para ser reconocido como “el interno de la mala suerte”, que dentro del por los diferentes servicios del hospital, a tal punto que me prohibieron el
hospital se conoce como “el de la mala espalda”, y esta fue una fama que ingreso a sala de partos, pues aseguraban que, ante mi simple presencia,
se vio corroborada en cada servicio por el que pasé.
la sala se llenaba de pacientes y que todas las mujeres embarazadas daban
En el siguiente servicio, neonatología, realizaba los turnos con una a luz al mismo tiempo. Si quería ir a visitar a mi novia que estaba ro-
doctora posgradista que cometía muchos errores, demasiados, y eso no tando por ese lugar, la hacían recibirme en la puerta, una anécdota muy
era lo malo. Lo malo del asunto es que lanzaba la responsabilidad de sus graciosa.
errores sobre mi compañera de guardia y sobre mí, y por supuesto esto La calificación final de la rotación de pediatría consistía en la exposi-
hizo que no seamos bien vistos por el resto de doctores posgradistas y ción de un caso clínico, memorizando con lujo de detalles la anamnesis,
los tratantes del servicio; como una ocasión en la que ingresó a un niño todos los exámenes con sus respectivos resultados, dosis de medicación,
prematuro a piso en lugar de ingresarlo a neonatología. Su compañera entre otras cosas. Así mismo, conocerlo todo sobre las patologías a ex-
de guardia, otra doctora posgradista, era mejor profesional; no obstante, poner, es algo típico en la carrera, nada fuera de lo común, pero la difi-
al ser R1, no estaba exenta de cometer errores. Recuerdo un día que me cultad consistía en que el tema y paciente era asignado con 24 horas de
llamaron al servicio, con gritos y regaños, mientras me acusaba de haber anterioridad. No habría sido un gran reto de no ser porque ese día estaba
entregado mal los papeles del alta médica con la madre del bebé equivo- de turno, un turno muy ajetreado por cierto, solo tuve oportunidad de
cado. En medio de los regaños y reclamos, yo insistía en que no había co- sentarme a estudiar de 4am hasta las 5am, momento en el cual tuve que
metido dicho error, mientras los médicos tratantes del servicio me veían ir en ambulancias con diversos pacientes, el punto es que regresé al hos-
con desaprobación. La posgradista se acercó a mi oído y me dijo: “La pital faltando 5 minutos para mi exposición, pero el médico evaluador no
que se equivocó fui yo, me equivoqué y envié mal los papeles”, y tan hizo preguntas rebuscadas ni especialmente complejas, por lo que pude
pronto como terminó de decirme eso al oído, continuó en voz alta con los obtener una buena calificación.
regaños frente al resto de médicos. No dije nada, no era la primera vez y
estaba seguro de que no sería la última; además, ningún médico defiende Para las 2 rotaciones más difíciles, ginecología y cirugía, sorteamos
al interno cuando la culpa la tiene otro médico. los grupos de rotación y en ambas ocasiones me vi junto a una com-
pañera que por motivos de salud no realizaba turnos nocturnos, lo cual
Para el servicio de Pediatría esperaba la llegada de nuevos compa- duplicaba mi trabajo y estrés. Recordar 36 horas ininterrumpidas, de pie,
ñeros internos. ¡Oh sorpresa! mi team consistía en una interna nueva como primer ayudante en quirófano es solo gracioso cuando es visto en
que además de ser lenta, no sabía ni qué era el paracetamol; una posgra- retrospectiva, créanme.
dista aún más lenta, que no quería tratar las infecciones de vías urinarias
porque afirmaba que la E. Coli formaba parte de la flora normal de las Para cuando llegué a la rotación de ginecología, pensé que el trabajo
vías urinarias; y, un médico tratante que aunque era un excelente pediatra, no podría ponerse más pesado, estaba muy equivocado. Además de hacer
desconocía el manejo del sistema del hospital y muchas de las cosas que guardias con un interno menos, siempre mis turnos fueron reconocidos
se debían organizar para que los trámites puedan ser ejecutados, como so- por ser los más cargados con pacientes. Durante las últimas semanas de
licitudes de exámenes especiales o procedimientos en un centro de mayor rotación, por motivos de seguridad e infraestructura, el hospital se vio en
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