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Paisajes culturales 95
dose de árbol en árbol, pues así viajan ellos por las espesuras
inmensas de aquellos bosques.
El primer lugar que se encuentra en la cordillera se llama Cosoliacac
97°00’ W 96°00’ W 95°00’ W 94°00’ W
[Cosoleacaque], cuyas casas de barro cobijadas con palmas están
rodeadas de naranjos y limoneros siempre floridos. Las mujeres
Xalapa Rangos de altitud
20-22°
sobre el nivel del mar: de esta aldea son bastante hermosas, pero de cuerpo y miembros
Zempoala más de 4,500 m zonas urbanas demasiado abultados; sus pechos, aunque de enorme tamaño, son
4,500 cuerpos de agua
19°30’ N Cardel 3,500 4,000 humedales, zonas inundables 19°30’ N durísimos y raras veces se ven caídos entre estas indias, a no estar
3,000 en la decrepitud las que los tuvieren así. [De Fossey: 42]
G
2,500
2,000
O corrientes permanentes
Veracruz L 1,500 1,000 corrientes intermitentes … Nada de muy curioso ofrece la vegetación desde la barra
16-18°
Huatusco F 700 límite estatal
O 300 caminos pavimentados hasta los Almagres, pero subiendo el río se la ve en todo su
100 0 m isotermas
Camarón Jamapa D esplendor, y en el Malpaso es verdaderamente magnífica. Por
E
Córdoba N ambos lados del río se encuentran selvas vírgenes de árboles
M agigantados, cuyas ramas no empiezan a salir hasta 50 pies
Cuitláhuac Tlalixcoyan É X isotermas
I C del suelo, formando una bóveda de verdura impenetrable
Ignacio de la Llave 26-28° Lerdo de Tejada O a los rayos del sol: su sombra perpetua es previa a aquellos
terrenos de otra vegetación, de manera que se podría desaho-
Papaloapan 0 100 Km gadamente recorrer en carretela sus vastas guaridas, cuyas
Tehuacán Sontecomapan profundidades asombrosas no alcanza a penetrar la vista. A
Tierra Blanca veces suelen venir a animar estas soledades ya una manada
Cosamaloapan San Andrés Tuxtla
18°30’ N 18°30’ N Plantación de piña. de marranos cimarrones, ya un mono meciéndose asido de la
Xitlama cola, o un tigre caminando reposadamente y bostezando con
Tres Valles 20-22° aire aburrido. [De Fossey: 53]
Hueyapan Soteapan Coatzacoalcos
26-28°
La Venta mente en la Cuenca del Papaloapan, de tal suerte que la
Tuxtepec 26-28° Minatitlán parte occidental mantuvo su perfil boscoso y, sobre todo Pero el autor aclara que
Acayucan
Rodríguez Clara indígena, hasta fechas muy recientes.
Las Choapas
Texistepec Esos tigres, llamados también jaguares, raras veces atacan al
26-28° San Juan Con referencia al Istmo, hacia el siglo XIX dos viajeros fran-
E hombre, aunque están dotados de una fuerza asombrosa; pero
S 26-28° hacen recaer toda su ferocidad en el ganado de las haciendas;
T 16-18° ceses nos describían la región de manera a la vez idílica e
A por eso los principales hacendados mantienen continuamente
D infernal. Lo primero, por los paisajes y el ordenamiento de la cazando a sus monteros de tigre… [De Fossey: 53]
O Coatzacoalcos
economía indígena en tiempos de secas. La presencia nahua-
D 20-22°
E popoluca era dominante, al grado que estas lenguas eran Selvas, fauna y riquezas dentro de una naturaleza que se
O las de arraigo en la región. El paisaje de chozas en medio mantenía, si no virgen, al menos mejor cultivada y muy
17°30’ N A 17°30’ N
Telixtlahuaca X A de bosquecillos, lagunas y riachuelos fascinaban al colono preservada por los grupos nativos que, desde entonces,
C
A extranjero tanto como la abundancia de caza y de pesca. El sabían perfectamente lo que era la sustentabilidad. Por las
Oaxaca 22-24° “infierno” se presentaba en tiempo de lluvias, no tanto por las mismas épocas a los ojos de Pierre Charpenne, colono que
97°00’ W 96°00’ W 95°00’ W 94°00’ W
inundaciones sino por los mosquitos y sus efectos mortales regresaría más tarde a Francia, la presencia indígena —un
entre la población extranjera: el paludismo, factor que hizo tanto dispersa por ese hábitat que se despliega entre la costa
arruinar el primer intento de colonización francesa en 1830. En y las elevaciones de tierra adentro del Istmo— mostraba su
sus memorias de su estancia en el Istmo, De Fossey, un viajero huella humana por donde:
francés, hacia mediados del siglo XIX describe así la región:
… se extendía el bosque, en medio del cual están enclavados los
Está trazado el camino de Acayucan en medio de sabanas y de cafetales; delante, un vallecillo apenas notable se prolonga a
montes cuyos árboles, apiñados y atajados en su madera por derecha e izquierda; más allá del vallecito comienza realmente la
la misma fuerza de la vegetación, sólo presentan espesuras aldea cuyas casas, agrupándose cada vez más, se elevan sobre los
impenetrables de bejucos y espinos, divisándose únicamente montículos que limitan el valle y sobre la otra parte de éstos. Una
de trecho en trecho árboles enormes cuyas raíces salen del especie de césped, raso como si la guadaña lo hubiese rapado, se
suelo unos doce o quince pies de alto. De cada rama cuelgan tiende, a partir del bosque, sobre colinas y valle, de tal manera
bejucos desiguales caprichosamente entretejidos con los de que todas las casas parecen dados echados sobre un tapiz verde.
las ramas inmediatas, en las cuales a veces retozan monos Naranjos, limoneros, chicozapotes y otros frutales dan sombra a
jóvenes, meciéndose en estos columpios naturales o arroján- la mayoría de las casas. [Charpenne: 203-204].