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Odría al frente del diario La Prensa, por su oposi-
ción al gobierno de Velasco y por prestarse a ser
agente de la CIA. Sin embargo, deja una prosa
intachable en la obra autobiográfi ca La gran es-
tafa (1952), con excelentes descripciones de la
ciudad de Cajamarca de principios de siglo y los
vericuetos de la política nacional.
Rodeado de una aureola mítica, Carlos
Castaneda (1925-1998) fue uno de los impulso-
res del movimiento «New Age» y creador de una
saga de libros sobre chamanismo, alucinógenos
y cosmovisión de los indígenas mexicanos y del
sur de Estados Unidos, que le valió millones de
seguidores como el músico Jim Morrison. Su tesis
en antropología se tituló Las enseñanzas de don
Juan (1968), obra que fue duramente criticada
en la Universidad de California años después
de su publicación. Castaneda fue acusado de varios concursos nacionales e internacionales
inventar capítulos que no correspondían a la de cuento. Con la publicación de La danza de
realidad, sino a las fi cciones del propio autor. Sin la viuda negra (2001) se consolidaron sus dotes
embargo, su estilo y temáticas lo convirtieron en de narrador con muchos recursos literarios para
uno de los autores de novela antropológica más retratar la condición humana de los sectores
vendidos y traducidos del mundo. humildes peruanos y abordar temas como el
Un lugar especial es ocupado por Alfonso terrorismo.
Peláez Bazán (1904-1995). Infaltable en las anto- Alfredo Pita (1948), narrador y poeta, es
logías del cuento peruano, Peláez es autor de uno de los escritores peruanos más importantes
una serie de magistrales cuentos costumbristas de las últimas décadas y un referente en la opi-
que refl ejan el habla y el espíritu rural celendinos, nión pública. Su obra El cazador ausente (1995)
como el titulado «Querencia», publicados en el es la que mejor representa su talento literario. En
libro Tierra mía (1946), con el que obtuvo el Pre- esta novela basada en hechos históricos vincu-
mio Nacional de Cultura Ricardo Palma (1944). lados con las guerrillas de los años sesenta, el au-
El Premio Nacional de Novela José María tor explora las pasiones y convicciones humanas
Arguedas y el Premio Internacional de Nove- encarnadas en sus disímiles personajes mientras
la-Editorial Sudamericana a Los hijos del orden reconstruye los periplos que siguieron estos du-
(1970) consagraron a Luis Urteaga Cabrera rante su participación en la guerrilla.
(1940) como uno de los narradores latinoame-
48 ricanos más importantes. La censura de las dic- 6. ESPEJOS DE LA UTOPÍA POÉTICA
taduras militares argentina, española y peruana
incrementaron su fama. El autor aborda con El verso libre, los poemarios temáticos, el erotis-
modernas técnicas narrativas la violencia y la mo, la vida y la muerte, los encabalgamientos,
ternura en que viven los menores internados en las infl uencias de poéticas europeas, los ritmos
el reformatorio de Maranga. Urteaga es también interiores, la disposición de los versos caracte-
autor de una serie de relatos y compilaciones rizan a tres importantes poetas peruanos de la
amazónicas. segunda mitad del siglo XX: Yolanda Westpha-
Las técnicas discursivas, como el monó- len, Demetrio Quiroz Malca y Elqui Burgos.
logo interior y el humor del habla rural caja- Yolanda Westphalen (1925-2011) es una
marquina viajan junto a los personajes en Ob- de las mayores voces femeninas de la poesía
dulia de los alisos (1989), de Miguel Arribaspla- peruana. En Palabra fugitiva (1964) y Universo
ta (1951). Esta novela moderna se aleja de los en el exilio (1984), la búsqueda poética gira a
cánones del indigenismo y muestra la asimila- partir de la imagen intimista: «... y la eternidad
ción de las narrativas de Vargas Llosa, Hemin- germina entre mis labios / húmedos / como un
gway y Juan Rulfo. helecho / cargado de silencio / y el universo
Walter Lingán (1954) se hizo rápidamen- con sus formas y / sus símbolos / me vuelve
te conocido a fi nes del siglo pasado por ganar transparente […]».