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Panorama
ViSiÓN dE laS lEtraS dE CaJaMarCa
EN El SiGlo XX
Daniel Sáenz More
Varios autores nacidos en Cajamarca gozaron del
reconocimiento literario allende las fronteras nacionales durante
el siglo XX, pero en el corazón de los pueblos rurales de la
región, los cantares populares tuvieron que esperar varias
décadas para retornar del folclor a la literatura. En este somero
y parcial panorama se recuerdan las principales obras y autores
que protagonizaron estos derroteros heterogéneos.
ajamarca ingresó al siglo XX de la La ciudad de Cajamarca reconocería a su gran
mano de Amalia Puga de Losada poeta dándole su nombre a una calle principal
(1866-1963), poeta de versos sobrios y erigiéndole un monumento en vida.
Cy románticos, pero costumbrista y re- Con menos de cuarenta mil habitantes en
alista en sus narraciones. Hija del patriota y po- la capital del departamento, en Cajamarca y las
deroso hacendado José Mercedes Puga, Ama- provincias se mantenía el recuerdo de heroicos
44 lia fue recibida con honores en Lima antes de episodios de los cajamarquinos que participa-
ron al lado de los hermanos Iglesias en la guerra
cumplir 30 años en el Ateneo de Ricardo Palma
y en el Círculo Literario de Clorinda Matto de del Pacífi co, como en las batallas de Lima y San
Turner. Su poesía, relatos y discursos en favor de Pablo, pero también de la fratricida lucha entre
la mujer moderna fueron difundidos en revistas puguistas (caceristas) e iglesistas, cuyos enfren-
peruanas e hispanoamericanas; entre ellas la tamientos llegarían a su fi n con el matrimonio de
célebre Revista Ilustrada de Nueva York, la cual Pelayo Puga y Grimanesa Iglesias alrededor de
editó Nuestra América, del prócer cubano José los años veinte, casi treinta años después de la
Martí. Su consagración llegó en 1927 cuando su muerte de sus progenitores y rivales, los caudi-
obra fue publicada en Barcelona, al lado de llos José Mercedes Puga y Lorenzo Iglesias. Una
Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni y Gabriela historia a lo Romeo y Julieta con fi nal feliz que
Mistral, en la colección Las mejores poesías líri- selló la reconciliación entre ambas familias y sus
cas castellanas. No fueron la sierra, la historia y partidarios, lamentablemente no recogida en la
su mundo interior los únicos temas poéticos que literatura.
abordó; también la cautivó el océano: «De fi e- La ciudad de Cajamarca entró, enton-
bre de pasión enardecido / Se acerca el mar a ces, al siglo XX «disfrutando» de algunas venta-
la brillante playa; / Canciones mil con su rumor jas de la modernidad, pero con el recuerdo de
ensaya, / Unas veces, soberbio; otras, rendido». balas y sangre. La electricidad, la telefonía, los