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Artículos
expresiones culturales del Alto Marañón, entre
ellas la literatura oral awajún, etnia presente en
dicha región. La labor del escritor Ulises Gamo-
nal (1950) ha resultado valiosísima al frente de
este objetivo.
El centenario pintor y escritor Andrés
Zevallos (1916) es el autor de la versión más
elaborada y celebrada de Los cuentos del Tío
Lino (1980), una joya de la oralidad contuma-
cina. Otras versiones fueron recogidas por Fi-
del Zárate Plasencia y Mario Florián.
En 1986, se fundó la Academia Regional
de la Lengua Quechua de Cajamarca, que vie-
ne cumpliendo una importante labor en la com-
pilación y difusión de las formas literarias orales
y lingüísticas del idioma andino, con simbólicas
publicaciones bilingües, como Cuentokuna
llaqtancheqmanta (1979), Shumaq Kwintuku-
8. EL RESCATE DE LA ORALIDAD POPULAR na (1983) y otras. El apoyo del lingüista David
Coombs y el compromiso asumido por los que-
Las coplas de carnaval, las cashuas y los yara- chuahablantes fueron cruciales para valorar la
víes o pechadas son las mayores expresiones de variedad del quechua cajamarquino y sus for-
la literatura oral popular y campesina de Caja- mas literarias.
marca. Aunque las coplas carnavalescas han
merecido varias compilaciones y estudios, las A MODO DE CONCLUSIÓN
demás expresiones aún no han sido recogidas
en una publicación adecuada. Luis Iberico Mas Varios nombres y obras han quedado en el ca-
(1931-2008) fue el pionero en estos estudios con mino. Dos aspectos llaman la atención en este
una serie de libros como El folklore literario de panorama: primero, que la mayoría de autores
Cajamarca (1976). son provincianos y tuvieron que salir de Caja-
A mediados de los años setenta, el sa- marca para desarrollar su obra, y, segundo, que
cerdote británico John Medcalf (1935-2002), ninguna mujer haya podido consolidar una obra
párroco de Baños del Inca y autor de Historia literaria como Amalia Puga. La ausencia de in-
de los cajamarquinos (1982), fundó la Red de centivos y de políticas editoriales tiene mucho
Bibliotecas Rurales, un maravilloso proyecto de que ver. Hay que publicar, reeditar, difundir y dis-
educación popular con infl uencias de la llama- cutir las obras y valorar las expresiones de la lite-
50 da Teología de la Liberación, defendida por ratura popular y oral en espacios sociales como
su mentor José Dammert, historiador y obispo una tarea urgente vinculada con la integración,
de Cajamarca. Bajo la batuta del antropólogo la memoria colectiva, la identidad cultural y el
Alfredo Mires, han salido a luz, desde enton- sentido de pertenencia. Esta labor debe contar
ces, alrededor de cien publicaciones en la lla- con el apoyo de los intelectuales, los artistas, las
mada serie «Biblioteca Campesina», en la cual universidades, los gobiernos locales, el periodis-
se recogen coplas, cantares, rezos y demás mo y los grupos literarios. Sin embargo, buenos
formas de los saberes rurales cajamarquinos. augurios parecen cernirse sobre el siglo XXI al ver
En 1976, en la provincia de Jaén se creó un im- la efervescencia y participación de las genera-
portante grupo cultural reunido alrededor de ciones cajamarquinas creadoras y lectoras que
la revista Facetas, cuyas páginas siguen dedi- podrían empoderar a la región como protago-
cadas a valorar la cultura Bracamoros y demás nista cultural del nororiente peruano.