Page 154 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar








                                     LOS ÁNGELES DE BETO












               Estos ángeles, aunque no tienen alas, son un puñado de personas de la familia o
             amigos que, desde que nací y hasta mis 67 años, han estado ayudándome espiritual y
             materialmente, ademas, orientándome y enseñándome cosas y actitudes, para ser un
             mejor ser humano cada día. En los momentos de crisis, estuvieron conmigo.


               En este capitulo dedicado a mis ángeles, el nombre de cada uno lo escribiré en letra
             de molde. Es un sencillo, pero sentido homenaje que quiero hacerles, agradeciéndoles
             por siempre ese cariño, afecto y ternura especial que me brindaron en el momento
             que yo lo necesitaba, porque no es la cantidad... Sino la calidad...! Mil y mil gracias a
             ellos...! Mil y mil abrazos...! Mil y mil besos...!


               Ahora si, que tal si vamos a comerciales...? Que tal un ajiaco con pollo, arroz blanco,
             ensalada de aguacate y de sobremesa, una botella de sangría...? O una limonada na-
             tural, limonada de Panela... Ahh....! Que ricooo...! Mojemos la palabra y empecemos...!
             Les parece...?




                                               TÍA ALICIA







               Este ángel fue muy especial para mi, era la hermana de mi madre, su “llaveria”, mi
            tía mas cercana. De carácter fuerte para tomar decisiones, nos alcahueteaba con su
            hijo Óscar Isidro, mi primo favorito, todo lo que nos diera la gana de hacer, nunca nos
            decía no, me encantaba verla bailar tango, en la salota de su casota, con el señor ma-
            nuel Reina (amigo de la familia y padrino de no se que, de mi madre). A veces recuerdo
            en las reuniones familiares, que la veía bailar todos los ritmos, pero especialmente,
            “La cumparsita” uno u otros tangos con el tío Víctor o el tío Eduardo, que a propósito,
            cuando hacia dúo con el tío Humberto, cantando tangos, eran fabulosos. Sigamos co-
            nociendo a la tía Alicia.


               Bondadosa a morir (no podía ver a ninguno de la familia sufrir, porque ella inmedia-
            tamente la ayudaba). Justa, pero con mano dura para reprender. Cocinaba riquísimo



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